PANAMA CITY – Hasta la medianoche del lunes 31 de marzo tenía el expresidente panameño Ricardo Martinelli para irse del país hacia su asilo en Nicaragua. La salida frustrada, sin embargo, llevó al gobierno de Panamá a conceder 72 horas más de plazo, en medio de cuestionamientos nicaragüenses.
Martinelli está refugiado en la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá desde hace algo más de un año para eludir una condena por blanqueo de capitales. Desde la semana pasada, cuenta con un salvoconducto para salir de la sede diplomática y viajar a Nicaragua, que le concedió el asilo.
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El permiso le fue concedido por razones “estrictamente humanitarias” por el gobierno de su delfín político José Raúl Mulino, quien ganó las pasadas elecciones al presentarse como candidato de reemplazo de Martinelli —él quedó inhabilitado por su condena—, pero su traslado no fue completado en plazo.
El expresidente, de 73 años, se vistió con un traje elegante y tenía sus maletas listas para viajar en un vuelo privado, según mostró en sus redes sociales el lunes.
Sin embargo, su salida se estancó después de que el gobierno nicaragüense insistiera a Panamá para que esclareciera lo que llamó “incongruencias”, en referencia a que el domingo se informó que una jueza panameña había pedido a la Interpol que emitiera una alerta roja de captura contra el exmandatario.
La copresidenta y primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, dijo en un video que horas antes del traslado de Martinelli se había generado una “situación compleja, contradictoria que llama mucho la atención y que parece más bien una trampa, una emboscada tanto al ciudadano asilado por razones humanitarias como al gobierno y pueblo de Nicaragua".
Horas más tarde, la Cancillería panameña anunció en un comunicado que extendía a 72 horas más —hasta la medianoche del jueves— el plazo para que Martinelli viajara a Nicaragua, tras las “causas imprevistas” suscitadas el lunes.
Comunicó, además, a Nicaragua que la “aparente” alerta emitida por Interpol fue rechazada y que el Poder Judicial manifestó “no tener objeciones” sobre el salvoconducto, una decisión que dijo que estaba fuera de su competencia.
No quedó claro cuándo exactamente podría Martinelli salir para Nicaragua. Su vocero y diputado nacional, Luis Eduardo Camacho, dijo a los medios que dependía del momento en que ambos gobiernos se pusieran de acuerdo para un traslado “seguro y con garantías” del exgobernante.
Más temprano, Martinelli había posteado en X, antes Twitter, una foto de su perro yorkie y escribió jocosamente: “El asilado Bruno (su mascota) ya está listo para partir a la bella y hermana República de Nicaragua”.
El otorgamiento del salvoconducto generó cuestionamientos de quienes consideran que promueve la impunidad de Martinelli.
El exmandatario fue condenado a 10 años de prisión por blanqueo de capitales en julio de 2023 en relación con la compra de un grupo editorial. Luego de la confirmación de esa sentencia, el exlíder se refugió en la sede diplomática nicaragüense después de que el gobierno del presidente Daniel Ortega le diera asilo.
Martinelli también figura entre los 26 llamados a juicio por el caso de los sobornos entregados por la constructora brasileña Odebrecht para acceder a jugosos contratos públicos y otros favores en Panamá, cuyo inicio volvió a reprogramarse en enero.
Martinelli gobernó entre 2009 y 2014, un periodo de rápido crecimiento económico impulsado por la construcción de grandes obras como el primer metro en Centroamérica y la expansión del canal interoceánico. Pero su reconocido poder de ejecución se vio manchado por acusaciones de sobornos y sobrecostos en las obras. Fue sancionado por Estados Unidos por corrupción en enero de 2023.
El año pasado fue inhabilitado para buscar un segundo mandato en los comicios en los que se perfilaba al frente de los sondeos, por lo que su compañero de fórmula, José Raúl Mulino, ocupó la candidatura presidencial de su partido y terminó ganando los comicios.