BROWARD COUNTY, Fla. – Una mujer que fue víctima de violencia doméstica el domingo en Tamarac hizo todo lo que debía hacer, según una experta que habló el martes en el condado de Broward.
Los agentes acusan a Nathan Gingles, quien fue el objetivo de una Alerta Amber en Florida, de secuestrar a su hija de 4 años, Seraphine, tras asesinar a su madre, Mary Gingles, de 34 años; a su abuelo, David Ponzer, de 64 años; y a su vecino, Andrew Ferrin, de 36 años.
Linda Parker, psicóloga y directora ejecutiva de Women in Distress, una organización sin fines de lucro que administra un refugio para víctimas de violencia doméstica en el condado de Broward, dijo que la tragedia es devastadora.
“Ella hizo todo lo que recomendaríamos y aun así terminó asesinada a manos de su agresor”, dijo Parker.
Según la Oficina del Alguacil de Broward (BSO), Mary Gingles había solicitado el divorcio y tenía una orden de restricción contra Nathan Gingles, de 43 años, la cual, según sus familiares, él ignoró por completo. Ponzer se estaba quedando con ella para protegerla.
“Buscó ayuda, presentó una orden de restricción. Intentó compartir la crianza de manera efectiva”, explicó Parker. “Tenía lugares seguros para las entregas de la niña”.
Parker explicó que las órdenes de restricción pueden funcionar porque pueden disuadir el comportamiento del agresor si este reconoce que violar la ley está fuera de su carácter.
Sin embargo, Parker dijo que Nathan Gingles era “el tipo de agresor que nunca la iba a dejar ir” y que la situación iba a escalar.
“Ella planificó con precaución, pero nunca pudo saber hasta dónde llegaría él”, señaló Parker.
Un juez había ordenado a Nathan Gingles entregar sus armas, municiones y permiso de portación a la BSO, pero no está claro si cumplió con la orden.