MIAMI, Fla. – Corey Smith, ex líder de la pandilla John Doe Gang en Liberty City durante los años 90, ha estado luchando en tribunales estatales y federales por más de tres décadas.
Condenado por delitos de asesinato, armas y drogas, Smith recibió una sentencia de muerte en 2005 por los homicidios de Cynthia Brown y Angel Wilson, además de cadena perpetua por los asesinatos de Leon Hadley y Jackie Pope.
Recommended Videos
Sin embargo, una decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en 2016 llevó a la Corte Suprema de Florida a ordenar un nuevo juicio de sentencia en 2017.
El año pasado, la defensa de Smith denunció que los fiscales otorgaron “favores” a testigos potenciales, incluyendo comida, bebidas, cigarros y tiempo para tener sexo en una sala de conferencias policial.
En marzo, la jueza del circuito de Miami-Dade Andrea Wolfson descalificó a los fiscales Michael Von Zamft y Stephen Mitchell por mala conducta. Wolfson cuestionó cuántos otros incidentes similares habrían salido a la luz si la defensa hubiera tenido más tiempo para investigar.
La fiscal estatal Katherine Fernandez Rundle designó a José Arroyo, ex director de la Comisión de Ética y Confianza Pública del condado de Miami-Dade, para evaluar los testimonios. Según un memorando del 10 de enero, Arroyo y otros cuatro fiscales concluyeron que gran parte de los testimonios no eran creíbles ni precisos.
En noviembre, la Fiscalía de Miami-Dade retiró la pena de muerte, y en enero aceptó un acuerdo de culpabilidad de 30 años en prisión estatal para preservar la validez de las condenas de 2004.
El miércoles, Smith continuaba cumpliendo una sentencia federal de 60 años, que expirará en 2051.
“Lamentablemente, en casi veinte años desde su condena en 2004, testigos clave han muerto, otros se han negado a cooperar y algunos han cambiado o retirado sus declaraciones previas”, explicó Fernandez Rundle en un comunicado.
La sentencia de 30 años de Smith se cumplirá concurrentemente con su pena federal.