RIO DE JANEIRO – El gobierno brasileño anunció el martes la creación de un centro de recepción para migrantes deportados desde Estados Unidos después de que se suscitó una controversia en torno a las condiciones a bordo de un reciente vuelo de deportación.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dio luz verde para establecer un puesto de recepción humanitaria en Confins, un municipio del estado de Minas Gerais, informó la ministra de Derechos Humanos y Ciudadanía de Brasil, Macaé Evaristo.
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La decisión se tomó debido a que existe la posibilidad de que haya más vuelos después de que el fin de semana el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump envió a Brasil un primer vuelo con 88 deportados. Durante la presidencia de Joe Biden hubo decenas de vuelos con deportados hacia Brasil.
La prensa local informó que funcionarios del gobierno expresaron su molestia ante el hecho de que los brasileños permanecieron esposados después de que la aeronave realizó una escala no programada en Manaos —la ciudad más grande de la Amazonía— por problemas técnicos.
Un avión militar brasileño los llevó el sábado a su destino, la ciudad de Belo Horizonte en Minas Gerais.
Al día siguiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo en un comunicado que buscaba respuestas de Washington con respecto al “trato degradante” de sus nacionales durante el vuelo. Citó “el uso de esposas y cadenas, y el mal estado del avión, cuyo sistema de aire acondicionado no servía, entre otros problemas”.
La embajada de Estados Unidos se negó a comentar y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus iniciales en inglés) no respondió a un email en busca de comentarios.
De momento se desconoce si los 88 deportados brasileños fueron detenidos durante el mandato de Trump o del expresidente Biden.
Se han realizado alrededor de 40 vuelos de deportación desde Estados Unidos a Brasil en los últimos tres años. Brasil no tiene deseos de interrumpirlos y sostuvo conversaciones con el encargado de negocios estadounidense el lunes, según una fuente gubernamental al tanto del asunto. La persona habló bajo condición de anonimato al no estar autorizada a tocar el tema públicamente.
Brasil ha permitido el uso de esposas en circunstancias excepcionales, pero no de manera indiscriminada y debe haber una evaluación de riesgo, dijo la fuente.
Las autoridades investigan cuántos de los deportados fueron esposados. Ha habido informes de pasajeros de que el aire acondicionado del avión sufrió problemas, provocando un calor intenso en la cabina, y tuvieron que salir por la puerta de emergencia al aterrizar en Manaos.
En cuanto al centro humanitario, Evaristo dijo que el objetivo era “garantizar que estos pasajeros tengan buenas condiciones de agua, comida e incluso temperatura, que creo que fue el aspecto más perjudicial” en el primer vuelo.
“No queremos provocar al gobierno estadounidense, pero es esencial que los brasileños deportados sean tratados con dignidad”, dijo el lunes el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.