BOGOTÁ – El presidente colombiano, Gustavo Petro, dijo el lunes que considera declarar una medida que le permitiría modificar algunas leyes para enfrentar la inseguridad tras una ola de violencia que ha dejado al menos 80 muertos y miles de desplazados en el noreste del país.
“Se declara el estado de conmoción interior y el estado de emergencia económica", anunció Petro desde X, antes Twitter, aunque su oficina no ha hecho público el decreto en el que defina su alcance.
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La región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, ha padecido en los últimos días una ola de violencia que las autoridades atribuyen a enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una disidencia de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016.
Además de los 80 fallecidos, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas ha estimado en más de 18.000 personas las personas desplazadas por la situación.
El decreto anunciado por Petro debe ser firmado por él y todos sus ministros. Entrará a regir por tratarse de una situación urgente, pero luego será revisado por la Corte Constitucional. El organismo tiene la facultar de dejar la decisión sin efecto como ocurrió en 2023 con una declaratoria de emergencia para el norte del país tras una revisión de control.
El abogado constitucionalista Juan Manuel Charry dijo a The Associated Press que la Corte revisará si, como dice la Constitución, la situación del Catatumbo no podía atenderse mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades, dando paso a que el presidente recurriera a una figura que le da facultades extraordinarias.
El miembro de la Cámara de Representantes, Hernán Cadavid, del opositor Centro Democrático, advirtió en un mensaje a la prensa que Petro usaría la conmoción y la declaratoria de emergencia económica como una “excusa” para decretar leyes que no ha logrado que sean aprobadas por el Congreso de manera ordinaria.
Ante los enfrentamientos, Petro decidió el viernes suspender por segunda vez en menos de un año los diálogos de paz que arrancaron entre el ELN y el actual gobierno en noviembre de 2022.
La violencia, que el gobierno ha dicho está impulsada principalmente por el ELN, se desató por un intento de tomar control sobre el territorio del Catatumbo y de sus economías ilícitas, como el narcotráfico. Analistas han dicho que existía una tregua entre los dos grupos armados que se rompió.
Más temprano el lunes, Petro ya se había pronunciado sobre posibles acciones ofensivas ante la escalada de violencia.
“El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá”, señaló en X.
La violencia ha afectado notablemente a la población civil, que se ha desplazado por miles para resguardar su vida hacia la ciudad de Cúcuta y Ocaña —principal municipio del Catatumbo—.
“Ya no más, paren esto, piensen en los campesinos, en los niños, que son los que muchas veces psicológicamente están mal por lo que está pasando”, pidió Sandra Tijaro, de 29 años, a los armados en entrevista con The Associated Press desde Tibú, un poblado del Catatumbo.
“(Recibimos) una orden de desalojar la zona... (de parte de) un grupo armado, pues llegan a las casas y piden que desalojen las casas”, aseguró Tijaro “Usted sabe que la seguridad de los niños y uno mismo está en riesgo y hay que salir”.
Tijaro vive en una zona rural de Tibú y se desplazó hacia el casco urbano del municipio. Otras 5.000 personas se movilizaron hacia Cúcuta y muchas de ellas se albergan en el estadio de la ciudad. Adicionalmente, 1.268 personas permanecen confinadas en municipios de riesgo, según la OCHA.
Las autoridades han reportado que entre los muertos hay al menos siete firmantes de paz que se acogieron al histórico acuerdo de 2016. Sin embargo, no han detallado cuántos de los fallecidos corresponden a civiles y cuántos a combatientes activos de ambos grupos armados.
El máximo comandante del ELN, alias “Antonio García”, dijo el lunes en X que la guerrilla no tiene entre sus políticas matar a firmantes de paz. No obstante, justificó que sí actúan cuando “algunos desmovilizados sean personas activas y en armas nuevamente, realizando actividades bajo un mando militar”.
Petro comparó al ELN con grupos paramilitares que hace dos décadas también actuaron violentamente en Catatumbo, al asegurar que la guerrilla movilizó tropas desde otro departamento para los enfrentamientos. “La acción de masacre cometida por el ELN con fuerzas traídas desde Arauca hasta el Catatumbo calca perfectamente el accionar de los grupos paramilitares”.
En tanto, decenas de personas vestidas con camisetas blancas y sosteniendo globos del mismo color caminaron el lunes por las calles de un pequeño poblado del Catatumbo para pedir “paz”.
“¡El Catatumbo necesita la paz, La Gabarra necesita la paz!”, decían al unísono desde La Gabarra, un corregimiento del municipio de Tibú donde en los últimos días la comunidad ha vivido en medio de la zozobra por los enfrentamientos.
La Defensoría del Pueblo aseguró que, además de los desplazados, hay personas confinadas dentro de los municipios del Catatumbo y se arriesga la movilización de comunidades indígenas de la zona. También que continúan “los secuestros y el amedrentamiento en general contra la población civil”.
Más de 200 personas han sido evacuadas del Catatumbo por el ejército y la policía, entre ella,s decenas de firmantes de paz que temen por su vida.
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Suárez reportó desde Bogotá.