PANAMA CITY – El número de migrantes que cruzaron la peligrosa selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, se redujo a cerca de la mitad —un 42%— en un solo año. Los extranjeros que atravesaron esa zona, con destino principal a Estados Unidos, pasaron de más de medio millón en 2023 a poco más de 300.000 en 2024, según cifras oficiales difundidas por Panamá el jueves.
Al cierre de 2024, un total de 302,203 migrantes cruzaron el Tapón del Darién, mientras que el año anterior se registró la cifra récord de 520.085 migrantes, según el informe del jueves del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
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De ellos, el 69,5% eran de nacionalidad venezolana, seguidos por un 5,8% de colombianos, un 5,5% de ecuatorianos, un 4,1% de chinos y un 3,9% de haitianos.
A pesar de la disminución en el número de migrantes, el paso por el Darién sigue siendo una de las rutas más peligrosas y en 2024 se reportó la muerte de 55 migrantes, según las autoridades panameñas.
En relación con la reducción de la migración irregular, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, afirmó el jueves durante su primer discurso a la Nación, al culminar seis meses de su gobierno, que se han realizado 38 vuelos de repatriación, deportando a un total de 1.548 personas.
“Las rutas fueron controladas y hoy se trabaja día a día para que esa migración ilegal no llegue al resto del país,” agregó Mulino.
Por su parte, el comisionado Jorge Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), señaló The Associated Press que para 2025 se planea incrementar el número de operativos, apoyados por tecnología avanzada, como drones y videovigilancia, para mejorar el control de la migración y reforzar la seguridad en las zonas fronterizas.
Además, con el proyecto Fronteras Inteligentes se busca optimizar la comunicación y el intercambio de información entre los diferentes puestos fronterizos, apuntó Gobea. Las bases de Senafront en la frontera tendrán acceso a internet y cámaras de vigilancia, permitiendo que desde la ciudad se monitoree lo que ocurre en el terreno.
“Nosotros tenemos un proyecto estratégico que se llama Fronteras Inteligentes, que ya está en ejecución. Busca crear una arquitectura de comunicaciones con un esfuerzo importante para poner sensores en la frontera y así poder vigilar de manera más efectiva,” explicó el director de Senafront.
En cuanto a las medidas físicas implementadas para controlar el paso de migrantes, el comisionado destacó las cercas con alambres de púas en la selva del Darién, una acción tomada en julio de 2024 al asumir el gobierno de Mulino, para cubrir al menos 80 metros de la jungla en un intento de bloquear el paso de migrantes por la selva y mantenerlos en una sola ruta controlada.
Gobea también explicó que aumentará el número de cercas instaladas con al menos dos mangas (líneas de cercas) adicionales paralelas a las que ya están para hacer más difícil cortar la barrera. “La intención es que, si hay solo una cerca, los migrantes puedan intentar cortarla, pero cuando se coloquen dos o tres, el esfuerzo ya no valdrá la pena”, comentó.
Además, el Senafront planea reforzar el número de efectivos en la frontera, ante los casi 300 policías fronterizos desplegados. En enero, se graduarán 200 oficiales más y estarán distribuidos en Darién y Chiriquí, aumentando la capacidad de control territorial mediante más patrullas.