BUENOS AIRES – El presidente de Chile, Gabriel Boric, le pidió el jueves un “poquito más de humildad” a su homólogo argentino, Javier Milei, quien ha sumado una nueva polémica con países vecinos después de que su ministro de Economía, Luis Caputo, calificara a Boric como un ”comunista" que está por “hundir” al país.
Boric mandó “un pequeño mensaje para el otro lado de la cordillera” y aseguró que Argentina es un “país hermano”, cuyos 5.000 kilómetros de frontera que comparten “van a seguir allí” cuando ambos mandatarios ya no estén.
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"Hay que tener un poquitio más de humildad, porque nosotros los presidentes pasamos, pero los pueblos y las instituciones quedan”, dijo Boric durante un acto oficial en la sureña región de Ñuble, en el que mencionó nominalmente a Milei.
La respuesta del jefe de Estado chileno representa una escalada en los cruces entre los dos países tras una polémica iniciada por el titular de Economía argentino el martes, cuando afirmó en una entrevista local que Chile está "prácticamente" gobernado por "un comunista que los está por hundir”, al opinar sobre los rumbos de la política económica que ha tomado el país antártico en los últimos años.
Un día después, el gobierno chileno entregó una carta de protesta al embajador de Argentina en el país, Jorge Faurie, en la que expresó su rechazo a las “inapropiadas e inexactas declaraciones” de Caputo.
Pero las fricciones se tensaron más el jueves, cuando Milei, un ultraderechista que se define como “libertario”, en lugar de amainar el ambiente, apoyó a su ministro a través de las redes sociales. “Poniendo zurdos en su lugar”, escribió el mandatario en X al compartir una publicación crítica a Boric.
En respuesta, Boric afirmó que no se referiría “con adjetivos ni insultos hacia el presidente de Argentina como él está acostumbrado a hacerlo”.
“Acá en Chile somos empáticos con quién sufre hambre, con quién sufre violencia, con quién sufre discriminación en cualquiera de sus formas”, dijo. “Acá en Chile hemos optado por la humanidad, no importa sus ideas, sus creencias, no importa si tiene diferencias conmigo o no”.
Se trata del último episodio de la convulsa relación de Milei con los líderes latinoamericanos desde que llegó a la Presidencia argentina hace un año. Aislado política e ideologicamente, el mandatario acumula una serie de roces y críticas a sus pares de la región.
En marzo, Colombia ordenó la expulsión de un grupo de diplomáticos argentinos después de que Milei llamara “asesino terrorista” al presidente de ese país, Gustavo Petro. Meses después, cargó contra el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien calificó como ""corrupto y comunista".
El argentino igualmente ha mantenido choques políticos personales que derivaron en conflictos diplomáticos con, entre otros, el expresidente de México, Andrés Manuel Lopez Obrador; el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, y el gobernante venezolano Nicolás Maduro, a quien calificó como un “dictador criminal” hace tan solo un día.
Desde que llegó al poder, el 10 de diciembre de 2023, Milei se ha desmarcado de los líderes regionales y ha adoptado una política separatista, que ha generado críticas de sus pares, en especial entre los socios del Mercosur, conformado por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, y la recién incorporada Bolivia.
A inicios de mes, durante la cumbre de líderes del bloque regional, en la que Argentina asumió su presidencia pro tempore, el mandatario calificó la alianza como una “prisión” y fue tajante al afirmar que “el Mercosur y sus restricciones han sido un escollo para el progreso de los argentinos”, ya que, a su juicio, da más problemas que soluciones, en unas declaraciones que profundizaron el malestar vivido entre los miembros del bloque.