LA PAZ – Con una ofrenda a la Madre Tierra y rodeado de dirigentes afines, el presidente boliviano Luis Arce celebró el jueves la victoria sobre el exmandatario Evo Morales después de que el Tribunal Supremo Electoral lo desconoció como jefe del partido de gobierno tras una dura batalla legal por su control.
Brujos aymaras iniciaron un rito de agradecimiento por “recuperar” el Movimiento Al Socialismo (MAS) que ha gobernado Bolivia por casi 18 años luego de una disputa por la sigla del partido que fundó Morales en 1997. La jefatura del oficialismo pasó a manos de Grover García, afín a Arce.
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Bajo la dirigencia de García será el bando de Arce el único que pueda inscribir al candidato por el MAS para las elecciones presidenciales de 2025.
“El MAS está a nombre de las organizaciones sociales, del pueblo… ahora tenemos el reto de ser democráticos, de elegir a nuestros candidatos por consenso”, dijo García mientras mostraba orgulloso la resolución judicial.
En 2022 Morales anunció su candidatura por el MAS, decisión que fracturó al partido oficialista y puso en riesgo su hegemonía. El exmandatario rechazó a la nueva dirigencia y aseguró que continúa siendo el líder del partido. A su vez adelantó que habrá una reunión para analizar los pasos a seguir.
La decisión del Tribunal Supremo Electoral es considerada una victoria política de Arce sobre Morales, su exaliado y actual rival político.
El exmandatario, de 65 años y quien fuera el primer presidente indígena de Bolivia (2006-2019), afronta una investigación judicial por el supuesto abuso de una menor de edad ocurrido en 2016. Morales se ha refugiado en su feudo político, la región cocalera del Chapare, y se ha negado a responder ante la justicia.
“Estamos convocando a la unidad para reconducir el MAS… nosotros estamos convocando a todos”, dijo García a The Associated Press.
Santusa Ramírez, una mujer aymara, dijo que prefiere a Morales pero que si Arce resuelve la crisis económica que golpea a la nación andina podrá creer en él. “Arce debe demostrar que puede contra la crisis primero”, dijo Ramírez, de 63 años.