WEST MIAMI, Fla. – Con la noticia de que el presidente electo Donald Trump está listo para seleccionar al senador Marco Rubio como próximo secretario de Estado de EE. UU., el republicano de Florida está a punto de convertirse en el cuarto en la línea de sucesión presidencial, tras haber iniciado su carrera en el pequeño suburbio de West Miami.
Rubio fue elegido comisionado de la ciudad de West Miami en 1998 y dos años después pasó a la Cámara de Representantes de Florida, donde llegó a ser presidente de la cámara, lo que lo posicionó para ser elegido al Senado de EE. UU. en 2010.
Trabajadores de esta ciudad de unos 7,000 habitantes dicen que siempre supieron que Rubio, de 53 años, estaba destinado a algo más grande.
“Pensé que iba a ser presidente”, dijo Ralph Montes De Oca, supervisor de agua y alcantarillado de West Miami, a Local 10 News. “Eso esperaba”.
Gaby López, jefa de gabinete del alcalde de la ciudad, comentó que “su legado vive en toda la ciudad”.
Rubio, un conservador cubano, joven y telegénico, fue nombrado por la revista Time como el “salvador republicano” y se convirtió en una voz fuerte contra los adversarios de EE. UU., los dictadores socialistas en América Latina y, más recientemente, la creciente China comunista.
A pesar de los consejos de que era “demasiado pronto”, Rubio se postuló para presidente en 2016, el año en que Donald Trump ganó la simpatía de los votantes y humilló a sus rivales.
Rubio lo enfrentó, usando tácticas al estilo Trump, como referirse a sus “manos pequeñas”, aunque luego se retractó y pidió disculpas.
El regreso de Rubio en el mundo de Trump es un círculo completo. Se ha convertido en un asesor de confianza en temas de América Latina y un ferviente defensor en los mítines.
Estuvo en la lista corta para la vicepresidencia y ahora está en la cima de la lista para ser el principal diplomático de la nación.