POMPANO BEACH, Fla. – La Fundación Blue Waters Recovery en el sur de Florida ha adoptado un enfoque único para la recuperación de adicciones al emparejar a los residentes de viviendas sobrias con perros rescatados, una estrategia que, según su fundadora Tiffany Skuraton, ha transformado vidas y aumentado la tasa de éxito de sobriedad del centro.
Tom Stout, cliente de Blue Waters, dice que su perro Sammy fue clave para su recuperación.
“Soy un adicto, me inyecté drogas durante 23 años, y un día simplemente decidí que quería una vida mejor”, dijo Stout. “Cuando yo no estaba dispuesto a amarme a mí mismo, él me amaba, y eso cambió mucho las cosas”.
Stout dijo que la compañía de Sammy le brindó un sentido de propósito que no había sentido antes.
“No siempre se trata de tener algo a lo que volver a casa”, dijo entre lágrimas. “Se trata de tener algo por lo que no rendirse y marcharse”.
Fundada en Pompano Beach, BWRF combina hogares de vida sobria con el rescate de perros sin fines de lucro de Skuraton.
Al asignar perros rescatados a cada una de las siete casas del centro, Skuraton busca brindar a los residentes responsabilidad, compañía y motivación para mantenerse limpios.
“Ha marcado una gran diferencia: estas mujeres dirán ‘Mi perro de rescate me salvó la vida. Cuando quería rendirme, tenía la responsabilidad de volver a casa con ella o con él’”, dijo Skuraton.
El programa permite a los residentes crear un vínculo con los perros, primero como cuidadores y luego como padres adoptivos, con la opción de adoptar.
Actualmente, Skuraton supervisa a 15 perros en las instalaciones de vivienda sobria de Blue Waters en el sur de Florida, pero el impacto se ha sentido en cientos de residentes a lo largo de los años.
Según Skuraton, agregar mascotas al proceso de tratamiento les da a los residentes algo valioso por lo que trabajar y les ayuda a desarrollar empatía y un sentido de responsabilidad.
“De repente, al poder cuidar a un animal, algo cobra vida en ellos”, dijo. “Se enciende una luz en sus ojos, una sonrisa que no estaba ahí antes”.
Robert Silva, residente del programa, actualmente está cuidando a una perra con necesidades especiales llamada Precious. Para él, la relación es recíproca.
“Ella me ayuda tanto como yo la ayudo a ella”, dijo Silva. “Creo que probablemente ella me ayuda mucho más. No creo que ella lo entienda la mitad del tiempo”.
Perros como Precious desempeñan un papel clave en el proceso de recuperación de los residentes al ofrecer compañía y apoyo sin prejuicios, según Skuraton.
Peter Cunningham, un graduado de rehabilitación que ahora trabaja como gerente en Blue Waters, nunca está solo en su viaje y a menudo se le ve por las instalaciones con sus tres perros rescatados.
“Poder amar y cuidar a otra criatura, es una rehabilitación dentro de una rehabilitación”, dijo Cunningham. “Los estamos ayudando, pero ellos realmente nos están ayudando a nosotros”.
Para Skuraton, el éxito del programa ha superado sus expectativas.
“Lo vi funcionar”, dijo. “Sabía lo bueno que podía ser, pero no tenía idea del impacto”.
La Fundación Blue Waters Recovery continúa trayendo nuevos perros al programa, brindando a los residentes un nuevo comienzo junto a sus compañeros de cuatro patas, y ayudándose mutuamente a sanar, un día a la vez.
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