BUENOS AIRES – Una alianza de sindicatos argentinos realizaba el miércoles una huelga que tiene paralizados trenes de pasajeros, aviones comerciales, barcos de mercancías y camiones de carga en reclamo de aumentos salariales y en contra de las políticas de ajuste del presidente Javier Milei.
El paro de 24 horas que también encabezan los sindicatos del metro de Buenos Aires y el gremio que agrupa a los conductores de taxis no era secundado por los choferes de autobuses urbanos. Estos últimos habían planeado paralizar sus actividades el jueves, pero desistieron luego de que el gobierno acordara en los últimos minutos un aumento salarial con la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que los representa y con los empresarios del sector.
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Mientras la huelga de los otros sectores del transporte transcurría dejando a miles de ciudadanos dependiendo de sus automóviles y autobuses para llegar al trabajo, organizaciones izquierdistas expresaban su respaldo a la medida con cortes de calles, quema de neumáticos y ollas populares en las vías de comunicación entre Buenos Aires y ciudades cercanas.
La huelga tuvo un alto acatamiento, según sus líderes. “Fue de 100% en los gremios que paramos”, dijo a medios de prensa el camionero Pablo Moyano, uno de los sindicalistas más combativos en el seno de la Confederación General del Trabajo (CGT), donde persisten diferencias sobre la postura que hay que tomar ante el gobierno.
“Hay un sector importante de la sociedad que estamos dispuestos a seguir confrontando contra este modelo económico... a partir de hoy nos van a tener que respetar. Que las paritarias (negociaciones salariales) sean libres”, afirmó Moyano.
El paro es seguido por sectores que en el último año han realizado por separado medidas similares en medio de la quita de subsidios estatales y la consiguiente suba de las tarifas del transporte, así como de la licuación de los ingresos de los trabajadores por la inflación. Aunque Milei ha logrado aplacar la suba de precios, la inflación acumulada de 101,6% en los primeros nueve meses del año ha roído el bolsillo de los argentinos golpeando su poder adquisitivo y su calidad de vida.
Los dos aeropuertos de Buenos Aires se encontraban casi vacíos a primera hora del día; decenas de miles de usuarios de Aerolíneas Argentinas están afectados por el paro de la Asociación Pilotos de Líneas Aéreas, uno de los gremios más combativos que exige aumentos salariales y está en contra de los planes oficiales de privatización de la aerolínea nacional.
Con el correr de las horas los pasajeros se agolpaban en las paradas de los autobuses de Buenos Aires y localidades cercanas buscando un medio alternativo al tren y al metro para trasladarse a sus trabajos.
Los gremios de transportistas tienen el respaldo de docentes universitarios y trabajadores estatales que también han paralizado sus actividades en demanda de mejores ingresos y en protesta por los despidos de miles de empleados y los profundos recortes de las partidas presupuestarias.
Milei respondió al paro con un dibujo reposteado en sus redes sociales en el que se ve a un ciclista enflaquecido que transporta a otro obeso sosteniendo una hamburguesa. El primero representa a los “laburantes” (trabajadores) y el segundo a los “sindicalistas”.
Luego, tras su arribo a la ciudad de Córdoba para participar de un foro empresarial, escribió: “Tiembla la casta. La Libertad Avanza”, en referencia a un sindicalismo que califica de corrupto en contraposición con el partido que él lidera.
El gobierno utilizó una aplicación oficial para apuntar contra los “privilegios” de los dirigentes sindicales a invitar a los ciudadanos a denunciar en una línea de teléfono si son coaccionados a parar. “Los sindicalistas no te dejan trabajar”, es el título del mensaje que recibieron en sus móviles usuarios de la aplicación creada para facilitar trámites administrativos. La medida generó las críticas de gremialistas.
Milei, un economista de perfil ultraliberal, está determinado a seguir aplicando sus políticas de ajuste que han reducido el abultado déficit fiscal y que considera indispensables para combatir la inflación y corregir otros desequilibrios.