Los cubanos retoman cierta normalidad tras apagón masivo, pero la crisis persiste

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La gente conduce sus vehculos junto a un generador flotante en funcionamiento, en La Habana, Cuba, el martes 22 de octubre de 2024. (AP Foto/Ramn Espinosa)

HAVANA – Después de que las autoridades cubanas anunciaron la reconexión total del sistema eléctrico nacional tras un colapso que ocasionó días de apagones totales, los cubanos ahora se preguntan cuándo les tocará el próximo corte.

“La pasamos muy mal, sin corriente, se nos echó a perder la comida, el domingo tuve que sacar todo el pollo para repartirle hasta a los vecinos” porque la carne se ponía en mal estado, dijo a The Associated Press Yadis Bruzón, una empleada de 45 años y madre de gemelos.

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Como muchas de las personas con las que habló AP, Bruzón sabe que ya ha pasado lo peor, pero la crisis en el sector energético continuará.

La emergencia comenzó el jueves por la noche cuando durante el horario pico el 50% del país sufrió falta de electricidad, pero la situación más crítica se desató sorpresivamente el viernes por la mañana con el colapso total del sistema energético nacional ocasionado por una avería en la central Antonio Guiteras.

Aunque la reconexión de todo el sistema se logró en la tarde del martes, continúa siendo débil y las carencias de energía que vivían los cubanos siguen tan presentes como antes, cuando ya había apagones de hasta ocho horas diarias en algunos lugares.

“No se sabía cuanto iba a durar” el apagón, dijo angustiado Jorge Vélez, un trabajador estatal de 48 años. “Es que, claro que tiene que haber de nuevo apagón, a lo mejor no en la isla completa como fue éste, pero sí dos, tres horas como estaban haciendo. No hay petróleo”.

La tensa situación en la generación y distribución de electricidad es de vieja data en la isla y fue ocasionada tanto por la falta de combustible para alimentar las plantas de generación como por las frecuentes averías en las viejas centrales termoeléctricas con más de 30 años de explotación y poco mantenimiento, reconocieron las autoridades.

Ambas causas están vinculadas con las sanciones de Estados Unidos que arreció su política presionando para lograr un cambio de modelo político en la isla, persiguiendo a los barcos que le proveen crudo o derivados y bloqueando las operaciones financieras para adquirir los repuestos.

En los últimos meses, explicaron las autoridades, hubo también un incremento de la demanda residencial. Al apagón el fin de semana se sumó el paso del ciclón Oscar, que dejó siete muertos y el oriente del país —con su infraestructura— destrozado.

Una publicación del presidente Miguel Díaz-Canel el miércoles salió al cruce de una declaraciones del Departamento de Estado diciendo que estaba dispuesto a ayudar a Cuba si ésta lo demandaba.

“Unos 41 países y varios organismos internacionales se han solidarizado con Cuba que enfrenta los impactos simultáneos de un ciclón y emergencia energética, con admirable resiliencia”, expresó el mandatario en su cuenta de X, antes Twitter. “EEUU declara que no le hemos pedido nada. Aquí está nuestra demanda:#TumbaElBloqueo (elimina el embargo)”, agregó.

Un informe entregado a la ONU en septiembre estimó en más de 5.000 millones de dólares las pérdidas entre marzo de 2023 y febrero de 2024 ocasionadas por las sanciones de Estados Unidos.

Díaz-Canel había reconocido que los apagones —aunque no tan prolongados como éste último— subsistirán pues el origen de la debilidad del sistema persiste.

El miércoles se informó además que las clases no se retomarán hasta el lunes próximo y que las actividades laborales se mantienen suspendidas, mientras un reporte de la estatal Unión Eléctrica indicó que en el horario pico de la jornada —normalmente por la noche— se espera una demanda de 2.950 megavatios y una disponibilidad de 1.978 megavatios, lo que da una proporción de la persistencia de los problemas.

En los últimos meses y a raíz de la profundización de la crisis energética, las autoridades cubanas insistieron en que buscan generar 1.000 megavatios mediante energía solar para 2025 y que se comenzaron a construir 26 nuevos parques. Los programas de instalación fotovoltaica y otras energías alternativas datan de la pasada década pero no ha habido avances y sólo cubren el 5% de la producción.

Por su parte, algunos expertos también señalaron que las inversioenes del gobierno se volcaron en otra dirección y no en el sector energético, ocasionando un retraso en el área.

“El descalabro del sistema electro-energético cubano pone de relieve uno de los principales desaciertos de la política inversionista en Cuba: exagerada inversión asociada a un turismo con baja utilización de su capacidad y desatención a la desvencijada infraestructura del país”, expresó el economista cubano Pedro Monreal en su cuenta de la red social X.

Agregó que “en el período 2020-junio 2024 la inversión principalmente asociada al turismo (suma de hoteles y restaurantes y de servicios empresariales y actividad inmobiliaria) promedió 38,9% de la inversión total del país, frente a 9,4% de la inversión en electricidad, gas y agua”.

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