BROWARD, Fla. – Aunque a menudo pensamos en superhéroes cuando se trata de salvar el día, en Fort Lauderdale, los verdaderos héroes visten chalecos de seguridad y botas de goma.
Estos salvadores anónimos, equipados con poderosos camiones de bombeo, se encargan de las consecuencias de intensas tormentas, como las del martes, asegurando que vecindarios como Melrose Park no terminen bajo el agua debido al huracán Milton.
Casi dos docenas de camiones de bombeo se despliegan a diario por toda la ciudad, succionando decenas de miles de galones de agua pluvial.
Sus esfuerzos ayudan a mantener las calles despejadas, transportando el agua a sistemas más grandes de aguas pluviales. Para residentes como Eleanor Seymore, ver estos camiones es un alivio.
“Estoy muy feliz de verlos porque me asomo y escucho el camión”, dijo Seymore.
Melrose Park, en particular la calle Southwest First Street, ha sufrido inundaciones antes.
Seymore recuerda claramente la tormenta desastrosa de la primavera pasada cuando las calles se convirtieron en un lago.
“¿Recuerdas esa primera gran inundación que hubo? Oh, sí. Hasta la pared… todo cubierto”, dijo. “Era un lago… esto era un lago. No era una calle.”
La inundación de la primavera pasada dejó una huella duradera en el vecindario, pero la situación ha mejorado gracias a los esfuerzos del Departamento de Obras Públicas de Fort Lauderdale.
La Dra. Nancy Gassman, subdirectora de Obras Públicas de la ciudad, explicó a Local 10 News cómo la ciudad ha realizado mejoras significativas en la gestión de aguas pluviales, especialmente en áreas fuertemente afectadas como Melrose Park.
“Hemos creado un canal de drenaje a lo largo de lo que esencialmente es un área de tres cuadras, lo que genera mucha capacidad para que el agua salga de las calles y podamos mantenerlas transitables”, explicó Gassman.
Estos cambios han tenido un impacto notable, dando a los residentes una sensación de seguridad mientras se preparan para futuras tormentas. Aunque nadie puede controlar el clima, Fort Lauderdale se ha asegurado de estar mejor equipada para enfrentar lo que venga.
“Estamos preparados para recibir más lluvia cuando llegue la tormenta”, agregó Gassman.
Sin embargo, para residentes de larga data como Seymore, que han vivido lo peor de las inundaciones, la cautela sigue siendo una prioridad. A pesar de las mejoras, no correrá riesgos si llega otra tormenta.
“Te lo voy a decir, ahora mismo, estaré dentro de la casa”, dijo Seymore con una sonrisa, dejando claro que ha aprendido de experiencias pasadas.