MIAMI BEACH, Fla. – Una sobreviviente de un tiroteo mortal en un club nocturno de Miami Beach habló con Local 10 News sobre esa noche y el difícil camino hacia la recuperación.
El 7 de mayo de 2023, Isabella Urena y dos amigas estaban emocionadas por una noche de chicas en el Gala Nightclub de Miami Beach, su lugar favorito para bailar y divertirse, pero esa noche sería diferente.
“No escuché nada al principio. No fue hasta que estaba en el suelo que lo escuché más”, contó Urena.
Derribada al suelo, Isabella pensó que estaba oyendo fuegos artificiales. En realidad, eran disparos. No se dio cuenta de que había recibido cuatro disparos.
“Miré a [mi amiga] y le dije: ‘Creo que me acaban de disparar’”, relató Urena.
Con su cuerpo en estado de shock, Urena descubrió más tarde que su amiga Alexa también había recibido un disparo. En medio del pánico, el ruido y el caos, se separaron.
En medio de la confusión, Isabella encontró ayuda y esperó una ambulancia. Apretó la mano de un paramédico, sin saber qué sucedería después.
“Le lloraba: ‘No quiero morir’”, recordó. “Él me aseguraba: ‘No vas a morir’. Estoy agradecida con él... De hecho, pude hablar con él después y fue algo muy bonito.”
Urena pasó ocho días en la UCI. Sus heridas fueron graves, con huesos rotos y una bala aún alojada en su columna vertebral, a menos de un centímetro de paralizarla. Todavía le queda una cirugía por delante.
El tiroteo fue parte de lo que la policía llama un ataque dirigido.
Los investigadores revelaron que Lowell Grissom, un rapero y cazatalentos de Chris Brown, era el objetivo principal. Fue asesinado, mientras que Isabella y sus amigas quedaron atrapadas en la línea de fuego.
A principios de este mes, después de una búsqueda de un año, Deshawn Davis, vinculado al tiroteo en el club nocturno, fue capturado por los alguaciles de EE. UU. Davis había estado en múltiples listas de los fugitivos más buscados por su presunta implicación.
“No morí, pero una parte de mí sí. Solo éramos chicas de 21 años, y nuestras vidas cambiaron para siempre”, expresó Urena.
A pesar de las cicatrices físicas y emocionales, Isabella y Alexa han permanecido unidas, navegando juntas su trauma compartido. Continúan sanando y esperando justicia.