CIUDAD DE GUATEMALA – Guatemala recibió el jueves a 135 presos políticos y presos de conciencia nicaragüenses detenidos por el gobierno de Daniel Ortega, entre ellos líderes estudiantiles, religiosos y defensores de derechos humanos.
El anuncio lo hizo la Casa Blanca que agradeció “el liderazgo y la generosidad del gobierno de Guatemala por aceptar gentilmente a estos ciudadanos nicaragüenses” en un comunicado de prensa.
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A su vez destacó al presidente guatemalteco Bernardo Arévalo por “su continuo liderazgo en toda la región al abordar cuestiones humanitarias y defender la libertad democrática”.
Arévalo dijo en un mensaje en su cuenta oficial en X, antes Twitter, que Guatemala ha mostrado su firme convicción democrática rechazando “rotundamente” las amenazas de regresión autoritaria.
“Hoy reafirmamos ese compromiso y damos de vuelta la solidaridad internacional que tantas veces hemos recibido, acogiendo a 135 hermanos nicaragüenses, presos políticos liberados. Sólo en libertad la democracia, la vida y la humanidad florece. ¡Bienvenidos, hermanos nicaragüenses!”, agregó el presidente.
En un comunicado la presidencia guatemalteca informó que Estados Unidos proporcionó el transporte voluntario de los ciudadanos nicaragüenses hacia el país centroamericano, mientras que en Guatemala se les dará alimento, alojamiento y asistencia médica, incluido apoyo psicológico en cooperación entre ambos países y sus socios humanitarios.
“Para ayudarlos a recuperarse y comenzar el difícil trabajo de reconstruir sus vidas”, agregó comunicado.
La liberación, indicó la Casa Blanca, se dio gracias a negociaciones entre los tres países.
Tras su llegada a Guatemala en la mañana del jueves los ciudadanos nicaragüenses podrán solicitar asilo o refugio en Estados Unidos u otros países.
“Nadie debería ser encarcelado por ejercer pacíficamente sus derechos fundamentales de libre expresión, asociación y práctica de su religión. Entre los 135 ciudadanos nicaragüenses liberados hoy se encuentran 13 miembros de la organización Mountain Gateway, con sede en Texas, junto con laicos católicos, estudiantes y otras personas a quienes Daniel Ortega y (la vicepresidenta nicaragüense) Rosario Murillo consideran una amenaza para su régimen autoritario”, dijo la Casa Blanca en el comunicado.