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Caracas sufre un gran apagón que el gobierno de Maduro atribuye a un ‘sabotaje’

Edificios a oscuras durante un apagn en Caracas, Venezuela, al amanecer del 30 de agosto de 2024. (AP Foto/Ariana Cubillos) (Ariana Cubillos, Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved)

CARACAS – Los venezolanos se despertaron el viernes con un gran apagón en la capital y la mayoría de las regiones del país, uno de los más amplios y prolongados que haya sufrido este país sudamericano, sumido en una crisis económica y un tenso clima político tras los comicios presidenciales del 28 de julio.

El apagón afectó total o parcialmente los 23 estados y la capital, Caracas, sede de los poderes públicos de Venezuela, según medios locales. En algunas zonas del este y centro de Caracas, que permanecían sin energía luego de casi 15 horas, el servicio comenzó a restablecerse gradualmente, según reportaron habitantes de esas áreas.

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El gobierno del presidente Nicolás Maduro achacó el apagón, que según señaló comenzó alrededor de las 4:50 de la madrugada, a un “sabotaje eléctrico”.

El ministro de Comunicaciones, Freddy Náñez, dijo que los operarios trabajaban para restablecer el suministro eléctrico. Nadie “le robará la paz a los venezolanos y las venezolanas”, dijo en un mensaje en video difundido por redes sociales.

Náñez informó en un mensaje de voz en Telegram que los 24 estados de Venezuela se habían visto afectados al menos parcialmente. Calificó la interrupción como un intento “desesperado” de los oponentes de Maduro de derrocar violentamente al presidente.

En una alocución transmitida en cadena de radio y televisión tarde en la noche del viernes, Maduro comentó que "los sistemas de protección tecnológicos construidos hace cuatro años han funcionado; protegieron al Guri. Ahora vamos normalizando y regularizando el servicio. Afortunadamente, hemos aprendido y le agradezco al pueblo su confianza, conciencia y apoyo”.

La red eléctrica de Venezuela depende en gran medida del complejo hidroeléctrico de Guri, inaugurado a finales de la década de 1960, que suministra el 60% de la energía del país.

Apenas un puñado de tiendas minoristas y automercados abrieron sus puertas y se vieron atestados de personas, algunos de los cuales hacían compras nerviosas, en particular, de agua debido a la suspensión del servicio.

El 7 de marzo de 2019 —cuando se registró el hasta ahora peor apagón de la historia venezolana, que se prolongó por cuatro días a nivel nacional— el gobierno de Maduro atribuyó ese corte eléctrico y otros a supuestos “ataques electromagnéticos” y “cibernéticos” dirigidos por Estados Unidos, o hasta a un ataque con arma de fuego a una instalación eléctrica perpetrado presuntamente por políticos locales de oposición.

Los expertos en energía apuntan que eran el resultado de incendios que dañaban el tendido eléctrico y de un mantenimiento deficiente de la infraestructura eléctrica.

Muchos de los problemas energéticos del país han remitido a media que su economía se ha estabilizado, que la elevada inflación disminuyó y que la dolarización de facto ha reducido la escasez de productos importados.

Sin embargo, desde las disputadas elecciones presidenciales del mes pasado, las autoridades han atribuyen rápidamente cualquier incidente, aunque sea menor, a la oposición. Eso ocurrió el martes, cuando un apagón afectó a Caracas y a varios estados del centro del país.

Los residentes en la capital se tomaron con calma el corte de suministro del viernes. El tráfico durante la hora punta matinal, normalmente muy concurrida, era más fluido de lo habitual y algunos se quejaban por no poder comunicarse con sus familiares debido a la falta de servicio de la telefonía móvil.

El tren subterráneo de Caracas, el principal medio de transporte de la capital, permaneció durante la jornada cerrado, lo que obligó a miles de personas a permanecer en casa y a otros a trasladarse en el escaso y destartalado transporte superficial en autobuses.

Alejandra Martínez, una vendedora de 25 años, dijo que notó que se fue la luz cuando un ventilador dejó de funcionar.

“Cuando no sentí el airecito del ventilador. Eso fue el inicio de saber que ya no había luz, pero yo pensé que iba volver”, indicó. “Seguí dormida y cuando me despertó la alarma, me di cuenta que ya no”.


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