FORT LAUDERDALE BEACH, Fla. – Una tormenta el domingo no detuvo a los campeones de la Copa Stanley de los Florida Panthers de celebrar durante horas su victoria del lunes por la noche contra Edmonton junto a sus fanáticos en Fort Lauderdale Beach.
Algunos hinchas esperaron tres décadas por este triunfo, por lo que no les importó aguardar horas bajo amenazantes nubes, lluvia, rayos y una alerta de inundación para participar en un desfile y un rally al aire libre junto a la playa.
El toque de trompetas resonó en Riomar Street. Oficiales de policía desfilaron en motocicletas, seguidos por una tradicional banda escocesa. Bailarines vestidos de blanco se deslizaron sobre el pavimento, mientras los aficionados vitoreaban a lo largo de la State Road A1A.
“Cuando fui reclutado hace 10 años, en 2013, nunca hubiera creído que este día llegaría. Y aquí estoy con mis compañeros de equipo, con la familia Viola, la gerencia, todos, frente a ustedes, juntos en un día lluvioso, durante la temporada de huracanes, celebrando en la playa”, expresó emocionado Aleksander Barkov, capitán de los Panthers.
Los jugadores llevaron la Copa Stanley y el Cinturón de Campeones en la parte superior de autobuses de dos pisos color rojo rubí, interactuando con decenas de miles de fanáticos, algunos ubicados en balcones y terrazas de hoteles frente al mar.
“Cada chico aquí los considera familia”, dijo Bill Zito, gerente general del equipo, señalando a los jugadores. “La forma en que se quedaron bajo la lluvia y nos apoyaron... Gracias”.
Matthew Tkachuk, delantero estadounidense-canadiense y capitán alterno, se detuvo en el emblemático bar Elbo Room, abierto desde 1938, y hasta se lanzó al océano Atlántico rodeado de hinchas.
Tkachuk, de 26 años, luego fumó un puro y describió la celebración a los fanáticos como el mejor día de toda su vida. “El departamento de policía y bomberos de Fort Lauderdale, este ha sido el día más grandioso”, afirmó. “Gracias por todo”.
El desfile culminó en Southeast Fifth Street. Tras bajar del autobús, Ryan Lomberg caminó entre la multitud sosteniendo la Copa Stanley para entregársela a Carter Verhaeghe, quien la llevó al escenario en la playa.
La Copa ya había sido colmada de champán, cerveza, tres niños y hasta la pasta de Roberto Luongo, pero brillaba a pesar de estar mojada por la lluvia. Algunos seguidores se perdieron el desfile para formarse temprano en el rally, que comenzó cuando Verhaeghe colocó el trofeo sobre una plataforma roja.
El vitoreo de la multitud era ensordecedor. Los altavoces del escenario hicieron retumbar la canción del día: “¡Somos los campeones!”
Matthew Caldwell, presidente de los Panthers, dijo que quería que fuera así.
“Es increíble ver cómo los jugadores ganan y están con ustedes en el Elbo Room, en Pompano Beach, Sunrise, Miami, en todo el sur de Florida”, expresó Caldwell. “Cuando muchos equipos ganan campeonatos, se van a Las Vegas o a otro lugar. Nuestra gente se queda aquí, localmente con todos ustedes”.
Monica Cepero, administradora del condado de Broward, anunció que los comisionados declararon el 30 de junio como el Día de los Florida Panthers. Hubo algunos discursos agradeciendo a los fanáticos por su lealtad.
“En mi primera entrevista, me preguntaron por qué vine a Florida. Mi respuesta fue: ‘Porque quiero ganar la Copa, y quiero hacerlo aquí’. Y ahora, cinco años después, estamos celebrando la mayor victoria de esta franquicia”, dijo Sergei Bobrovsky, nacido en Novokuznetsk, Rusia, sobre su llegada a los Panthers en 2019.
Linus Eriksson, quien lució la bandera sueca como capa, y Aaron Ekblad fueron algunos de los jugadores que se turnaron en el escenario para levantar y besar la Copa Stanley.
El entrenador Paul Maurice cumplió una promesa. Subió al escenario y mostró su camiseta blanca con los rostros de sus dos gatos, Penny y Poppy, sobre los íconos del equipo.
“Mi hija hizo esta camiseta”, contó Maurice. “Le prometí: ‘Si ganamos la Copa Stanley, ¡me pongo la camiseta!’”.
La fiesta se tornó salvaje y peligrosa por momentos. Maurice dijo que personal de rescate atendió a una de sus hijas después de que alguien arrojara una lata de cerveza durante el desfile y la golpeara en la cabeza.
Vincent Viola, quien compró a los Panthers en 2013 por unos $250 millones, bailó en el escenario antes de que Steve Goldstein, el narrador del equipo, lo presentara.
“La copa está en casa”, afirmó Viola. “Vamos a recuperarla de nuevo”.