POLK COUNTY, Fla. – Según la emisora de noticias WKMG, colaboradora de Local 10 Orlando, los primeros intervinientes dijeron que, al llegar, encontraron al niño de 3 años conectado a un respirador, aunque no tenía pulso. Fue trasladado al hospital, donde más tarde murió a pesar de varias medidas para salvarle la vida, según la policía.
Una declaración jurada muestra que el niño presentaba numerosas lesiones, entre ellas grandes desgarros en las nalgas hasta el punto de que se le veía el colon.
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El estómago del niño también estaba hinchado, parecía estar verde y tenía llagas abiertas en el cuerpo “consistentes con negligencia infantil”, añade la declaración jurada.
Más tarde se descubrió que el niño, había estado involucrado en un casi ahogamiento en una casa de vacaciones en Davenport en 2020, y había estado conectado consecuentemente a un ventilador desde entonces, dijeron los oficiales.
“El niño no tenía actividad cerebral, ni siquiera podía parpadear, no podía mover sus extremidades”, dijo el sheriff del condado de Polk, Grady Judd, durante una conferencia de prensa el miércoles. “Y francamente, se recomendó a los padres que se le retirara cualquier medida para salvarle la vida porque el niño estaría para siempre en coma sin actividad cerebral”.
Judd continuó diciendo que, en lugar de eso, los padres optaron por mantener al niño con vida utilizando un respirador y una sonda gástrica.
Además, los investigadores dijeron que descubrieron que el niño había estado viviendo con su madre, Takesha Williams, de 24 años, y sus otros dos hijos. Su padre, Efrem Allen, de 25 años, había estado ayudando a Williams a cuidar del niño, aunque Allen no vivía en la casa, según los oficiales.
Mientras que una enfermera de salud en el hogar, había estado visitando su casa desde 2020, los padres decidieron cambiar de compañía de atención médica en los últimos meses, que condujeron a la muerte del niño, según la declaración jurada.
Al parecer, los padres dijeron a los detectives que sabían cómo atender las necesidades médicas del niño, aunque se dieron cuenta de que había desarrollado grandes llagas abiertas desde el mes anterior, según consta en los registros judiciales.
Sin embargo, la declaración jurada muestra que Williams y Allen optaron por no ponerse en contacto con nadie sobre el tema, debido a que tenían miedo de que los funcionarios estatales se llevaran a sus hijos.
Williams y Allen también dijeron a los investigadores, que el niño parecía estar vivo en la noche del 11 de mayo, aunque en la mañana del 12 de mayo, se dieron cuenta de que su estómago estaba hinchado y que parecía frío al tacto, dijeron los oficiales. Esperaron hasta esa tarde para llamar al 911, según un comunicado.
“El niño tenía el estómago muy hinchado y estaba verde. Este niño se estaba pudriendo en la cama”, dijo Judd.
Según Judd, los médicos del hospital informaron a los detectives de que el niño, no había recibido la atención adecuada durante meses.
Tanto Williams como Allen, fueron detenidos acusados de maltrato infantil negligente que causó grandes daños, aunque esos cargos fueron elevados el miércoles a homicidio agravado de un niño.
“He sido testigo de sucesos verdaderamente horribles en mi larga carrera policial, pero nunca jamás he visto nada tan triste, tan escalofriante y tan repugnante como lo que sufrió este bebé antes de perecer finalmente a causa de los despreciables actos de estos dos delincuentes”, declaró Judd.
Judd añadió que los demás niños de la casa de Williams parecían gozar de buena salud.