REYNOSA – REYNOSA, MéLas restricciones que han impedido que cientos de miles de migrantes soliciten asilo en Estados Unidos en años recientes seguían encaminadas a expirar en cuestión de días luego del fallo de una corte de apelaciones el viernes, mientras miles de migrantes más abarrotan los albergues en la frontera con México.
La decisión de la Corte de Apelaciones para el Circuito del Distrito de Columbia significa que las restricciones conocidas como Título 42 habrán de expirar el miércoles como lo había ordenado un juez previamente, a menos que se presenten nuevas apelaciones.
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Una coalición de 19 estados de tendencia republicana quiere mantener las restricciones de asilo que el expresidente Donald Trump implementó al comienzo de la pandemia de coronavirus. Desde marzo de 2020, Estados Unidos les ha negado a los migrantes el derecho consagrado en leyes nacionales e internacionales a solicitar asilo en 2,5 millones de ocasiones, con el argumento de prevenir la propagación del COVID-19. Ante ello, muchos migrantes han optado por aguardar en México.
Los defensores de los inmigrantes habían argumentado que Estados Unidos estaba abandonando su larga tradición y sus compromisos de ofrecer refugio a personas de todo el mundo que huyen de la persecución, y entablaron demandas para poner fin al uso del Título 42. También afirman que las restricciones eran un pretexto de Trump para acotar la inmigración y que, en cualquier caso, las vacunas y otros tratamientos hacen que ese argumento sea ya obsoleto.
El mes pasado, un juez avaló sus alegatos y estableció el 21 de diciembre como fecha para que el gobierno federal ponga fin a dicha práctica. Estados conservadores que intentan mantener vigente el Título 42 habían presionado para intervenir en el caso. Pero un panel de tres jueces rechazó sus intentos el viernes por la noche, diciendo que los estados habían aguardado demasiado. El procurador general de Luisiana expresó su decepción con la decisión y dijo que apelarían ante la Corte Suprema.
Las ciudades fronterizas, sobre todo El Paso, Texas, enfrentan un flujo diario de migrantes que el gobierno del presidente Joe Biden prevé que aumentará si se levantan las restricciones al asilo. En Tijuana, la mayor ciudad fronteriza de México, se calcula que hay unas 5.000 personas en más de 30 albergues, según declaró esta semana Enrique Lucero, director de asuntos migratorios de la ciudad.
En Reynosa, México, cerca de McAllen, Texas, casi 300 migrantes —en su mayoría familias— viven apiñados en la Casa del Migrante, durmiendo en literas e incluso en el piso.
Rose, una haitiana de 32 años, lleva tres semanas en el albergue junto con su hija y su hijo de 1 año. Rose, quien no dio su apellido porque teme que ello pueda poner en peligro su seguridad y sus intentos de solicitar asilo, dijo que en su viaje se enteró de posibles cambios en las políticas estadounidenses. Señaló que estaba contenta de esperar un poco más en México a que se levanten las restricciones que se impusieron al principio de la pandemia y que desde entonces han sido una piedra angular de la vigilancia fronteriza estadounidense.
“Tenemos mucho miedo, porque los haitianos son deportados”, manifestó Rose, a quien le preocupa que cualquier error al tratar de llevar a su familia a Estados Unidos pueda hacer que la envíen de vuelta a Haití.
Unos 3.000 migrantes viven en tiendas de campaña instaladas sobre losas de hormigón y grava dentro de los muros de Senda de Vida 2, un refugio abierto en Reynosa por un pastor cristiano evangélico cuando el primero alcanzó su capacidad máxima. Las moscas pululan por todas partes bajo un sol abrasador incluso a mediados de diciembre.
Para los muchos migrantes que huyen de la violencia en Haití, Venezuela, Centroamérica y otros lados, estos refugios ofrecen al menos cierta seguridad de no caer en manos de los cárteles que controlan el paso a través del río Bravo (o Grande) y se aprovechan de los migrantes.
En McAllen, un centenar de migrantes que sortearon las restricciones al asilo descansaban el jueves en colchonetas en una gran sala gestionada por Caridades Católicas, a la espera de ser trasladados a donde viven sus familias y amigos dentro de Estados Unidos.
Gloria, una hondureña de 22 años con 8 meses de embarazo, se aferraba a una hoja impresa en la que se leía: “Please help me. I do not speak English” (Por favor, ayúdenme. No hablo inglés). Gloria tampoco quiso que se utilizara su apellido porque teme por su seguridad. Expresó su preocupación por pasar sola por el aeropuerto para llegar a Florida, donde su familia conoce a una persona.
Andrea Rudnik, cofundadora de una asociación de acogida de migrantes totalmente voluntaria en Brownsville, Texas, limítrofe con Matamoros, México, estaba preocupada por no tener suficientes abrigos de invierno para los migrantes procedentes de climas más cálidos.
“No tenemos suficientes suministros”, manifestó el viernes, señalando que las donaciones a Team Brownsville (Equipo Brownsville) han disminuido.
El Título 42, que forma parte de una ley de salud pública de 1944, se aplica a todas las nacionalidades, pero ha recaído en mayor medida sobre aquellos a los que México acepta cuando son expulsados por Estados Unidos: guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y, más recientemente, venezolanos, además de mexicanos. Los cruces fronterizos ilegales de adultos solos disminuyeron en noviembre, según documentos presentados ante la corte por el Departamento de Justicia el viernes, aunque no proveen ninguna explicación de por qué. Tampoco brindan datos sobre las familias que viajaban con niños pequeños ni de niños que viajaban solos.
De acuerdo con esos documentos, los agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron en noviembre 143.903 detenciones de migrantes adultos solos a lo largo de la frontera con México, 9% menos que las 158.639 de octubre y su menor nivel desde agosto. Los nicaragüenses se convirtieron en la segunda nacionalidad más numerosa en la frontera entre adultos solos, superando a los cubanos pero detrás de los mexicanos.
Los agentes fronterizos hicieron 3.513 detenciones de adultos venezolanos solos en noviembre, comparadas con 14.697 del mes anterior, lo que demuestra el impacto de la decisión de México del 12 de octubre de recibir a los migrantes del país sudamericano que sean expulsados por Estados Unidos.
También en noviembre, hubo 43.504 detenciones de mexicanos adultos solos en la frontera, un descenso respecto a las 56.088 de octubre, más que cualquier otra nacionalidad. De igual manera se registraron 27.369 detenciones de nicaragüenses en noviembre, frente a las 16.497 de octubre, así como 24.690 de cubanos, que superaron las 20.744 de octubre.
En un acontecimiento relacionado, un juez federal en Amarillo, Texas, dictaminó que el gobierno de Biden puso fin erróneamente a una política de la era Trump que hacía que los solicitantes de asilo esperaran en México sus audiencias en un tribunal de inmigración de Estados Unidos. El fallo no tuvo un impacto inmediato, pero podría suponer un revés a largo plazo para la Casa Blanca.
Abdalá Hasan, portavoz de la Casa Blanca, dijo que las leyes de inmigración se seguirán aplicando en la frontera y el gobierno de Biden trabajaría con el fin de ampliar las rutas legales para los migrantes, pero desalentará la “migración desordenada y riesgosa”.
“Para ser claros: El que se suspenda la aplicación de la orden de salud pública Título 42 no significa que la frontera esté abierta”, manifestó. “Cualquiera que insinúe otra cosa está haciendo el trabajo de contrabandistas, difundiendo desinformación con el fin de ganar dinero fácil a partir de migrantes vulnerables”.
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Santana reportó desde Washington. Los periodistas de The Associated Press Elliot Spagat, en San Diego, y Paul J. Weber, en Austin, Texas, contribuyeron a este despacho.