BUENOS AIRES – Cientos de personas de bajos recursos acampaban el miércoles en una céntrica avenida de Buenos Aires en reclamo de trabajo y planes sociales para contrarrestar la acelerada inflación y la pobreza.
Los manifestantes, desempleados o trabajadores del sector informal que forman parte de organizaciones izquierdistas agrupadas en la Unidad Piquetera, pernoctaron la noche del martes en tiendas que instalaron frente al Ministerio de Desarrollo Social y tienen pensado prolongar la protesta el tiempo que sea necesario hasta que las autoridades den respuesta a sus reclamos.
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La protesta es una más de las que protagonizan distintos sectores en el país sudamericano en un contexto de acelerada suba de los precios que podría llegar a 100% a fin de año, según las estimaciones de economistas.
Este mismo miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reportó una pobreza de 36,5% en el primer semestre de este año contra 37,3% del segundo semestre de 2021. La medición constató que dentro del universo de hogares pobres, la indigencia empeoró: 8,8% desde el 8,2%.
Según el reporte oficial, “la distancia entre los ingresos de los hogares pobres y el costo de la canasta básica total (CBT) aumentó levemente respecto del segundo semestre de 2021”.
Los líderes de la protesta reclaman al gobierno del presidente Alberto Fernández que provea a las personas de bajos recursos mayor cantidad de planes laborales que garanticen un “trabajo genuino” con todos los derechos que recibe un trabajador del sector formal y mejores remuneraciones por las tareas realizadas.
En la actualidad 1,2 millones de personas son beneficiarias del programa Potenciar Trabajo -el principal de asistencia social en Argentina- que contempla tareas durante algunos días de la semana, como la preparación de comida en comedores populares adonde acuden familias golpeadas por la pobreza, el barrido de calles o la albañilería.
El Ministerio de Desarrollo Social ha advertido que no tiene previsto aumentar el cupo de beneficiarios de Potenciar Trabajo y que el objetivo es que quienes hoy lo reciben se inserten paulatinamente en el sector formal de la economía.
Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero que participa del acampe, reclamó que el gobierno discuta con los manifestantes “cómo se sale de esta emergencia, cómo vamos a hacer esta transición de los programas sociales al trabajo, porque por ahora no aparece ni la ayuda social como tiene que ser, ni el trabajo que necesitamos”.
También exigió que el Ejecutivo provea de alimentos de mejor calidad a los comedores populares. Al respecto, dijo que “prometió 21 productos y llegan seis a los comedores que lamentablemente todavía existen en Argentina”, algunos de muy baja calidad proteica.
La precariedad laboral y la disparada de precios golpean a los más necesitados en el país. En agosto la inflación fue de 7% por segundo mes consecutivo y en lo que va del año la suba de precios acumula 56,4%.
Según un informe de UNICEF de agosto, más de un millón de menores dejó de comer alguna comida -desayuno, almuerzo, merienda o cena-, una situación que también afecta a tres millones de adultos.