CARACAS – El presidente Nicolás Maduro promulgó el miércoles una ley que establece el marco legal para la creación de zonas de desarrollo con miras a promover inversiones en varios estados costeros de Venezuela y la paradisíaca isla de La Tortuga, una dependencia venezolana despoblada en el Mar Caribe que aspira a convertir en un importante destino turístico.
Con la llamada Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales se busca establecer los mecanismos que permitan atraer la inversión mediante una serie de estímulos fiscales, financieros y aduaneros, declaró Maduro en un acto de gobierno televisado.
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El mandatario indicó que las zonas especiales están conformadas por la península de Paraguaná del estado Falcón; los municipios de Puerto Cabello y Morón del estado central de Carabobo; el estado La Guaira, donde se localizan el mayor puerto y aeropuerto del país; la caribeña Isla de Margarita y la isla La Tortuga, donde aves migratorias hacen escala allí anualmente.
El gobernante venezolano se mostró entusiasmado por el potencial turístico de La Tortuga.
“No exagero cuando les digo que el proyecto de la isla de La Tortuga es el proyecto turístico más grande e importante hoy por hoy en el Caribe y en el mundo”, aseveró Maduro, quien exhortó a los empresarios de África, América Latina, Asia, Europa y el Caribe a invertir en “el proyecto ecológico más importante del mundo entero”.
Durante su intervención en el acto de gobierno, el viceministro de Economía Productiva, Héctor Silva, indicó que en La Tortuga, de 156,6 kilómetros cuadrados, se construirá un aeropuerto internacional y 10 complejos hoteleros “con energía renovable, energía eléctrica solar y eólica”, todo ello “teniendo en cuenta al medio ambiente, respetando las normas y reglamentos a través del marco del Ministerio de Ecosocialismo”.
Silva destacó que las obras en La Tortuga se ejecutarán respetando la fauna y flora del lugar y se edificará un centro de investigación con miras a salvaguardar el medio ambiente. La isla debe su nombre al hecho que cada año llegan numerosas tortugas marinas para desovar en sus playas.
Venezuela, otrora un rico país petrolero y que posee las reservas de crudo más grandes del mundo, busca alternativas para obtener ingresos y sortear los efectos de las sanciones de Estados Unidos.
El país sudamericano también experimenta desde hace más de un lustro una drástica caída de su producción de crudo y productos refinados, lo que se ha traducido en escasez debido al deficiente suministro doméstico de combustibles y gas, mientras que su presencia en el mercado mundial actualmente es marginal. La producción petrolera, que se derrumbó en 70%, llegó a representar 96% de los ingresos que recibía el país por exportaciones.
Las sanciones estadounidenses buscan impedir que el gobierno socialista venezolano pueda realizar transacciones financieras y comerciales en el extranjero, acceder a activos internacionales de Venezuela y negociar con petróleo, oro u otros activos.
Washington también les prohibió a los estadounidenses y sus socios internacionales hacer negocios con Caracas con el fin de presionar a Maduro a dejar el poder, argumentando que fue electo en 2018 en unos comicios fraudulentos.