FORT LAUDERDALE, Fla. – El martes, Nikolas Cruz se quedó mirando la mesa. No levantó la vista para reconocer a los testigos que entraban y salían de la sala del tribunal del condado de Broward en Fort Lauderdale.
Cruz ignoró a Christopher McKenna, un estudiante al que decidió no matar cuando entró en el edificio de primer año del instituto Marjory Stoneman Douglas el 14 de febrero de 2018, armado con un AR-15.
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“¡Vete de aquí! Las cosas se van a poner feas”, dijo Cruz, según el testimonio de McKenna ante el tribunal.
Cruz estaba sentado entre los defensores públicos adjuntos David Wheeler, a su derecha, y Tamara Curtis, a su izquierda. Cinco agentes de la Oficina del Sheriff de Broward estaban cerca de él, dos a su derecha y tres a su izquierda. Cruz parecía escribir notas a Wheeler y rara vez levantaba la vista.
El equipo de la defensa quiere que el jurado no tenga en cuenta el comportamiento apático de Cruz. En la “solicitud de instrucción especial del acusado” presentada el lunes por la tarde, los fiscales pidieron a la jueza Elizabeth Scherer que diera una instrucción especial al jurado, según consta en los registros de la corte.
“A Cruz se le está administrando medicación psicotrópica bajo supervisión médica por una afección mental o emocional”, escribió la defensora pública adjunta Melisa McNeill.
McNeill sugirió que la orden de Scherer al jurado fuera
“No permitirán que el estado actual del acusado en el corte o cualquier efecto secundario aparente de la medicación que puedan haber observado en el corte afecte a sus deliberaciones”.
Scherer rechazó la moción, según una fuente de Local 10 News.
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