CARACAS – La recolección de 4,2 millones de firmas para activar un eventual referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro se realizaba el miércoles en Venezuela, pero los impulsores del proceso dijeron que las limitaciones impuestas por el ente electoral —cercano al gobierno— dificultaban alcanzar ese objetivo.
Las rúbricas tenían que lograrse en un periodo de 12 horas, lo que según especialistas y los promotores se antoja poco factible por el poco tiempo de que se dispone y la escasa convocatoria. La jornada de recolección arrancó desde temprano, pero en las siguientes horas se notó poca afluencia de personas en los puntos instalados para firmar.
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De acuerdo con la Constitución venezolana, tras cumplirse la mitad del periodo de mandato del jefe de Estado, un mínimo de 20% de los inscritos en el padrón electoral puede solicitar la convocatoria de un referendo revocatorio. Maduro cumple en 2022 tres años en el poder de su actual periodo —de seis— que alcanzó tras resultar reelecto en 2018 en unos cuestionados comicios y sin la participación de la oposición.
En una de las principales avenidas, al este de Caracas, personas caminaban temprano rumbo a sus trabajos o estudios y desconocían que cerca funcionaba un centro de recolección de firmas. En varios se veía más presencia de militares resguardando los puntos que electores.
Aunque en procesos anteriores las firmas se estampaban en planillas, en esta ocasión ha sido automatizado a través de máquinas captahuellas. Según uno de los integrantes de las mesas de recolección, que no dio su nombre al no estar autorizado para hablar con la prensa, el nuevo mecanismo para firmar era una medida de bioseguridad por la pandemia de COVID-19.
“Sabía del proceso, pero no sabía que era hoy (miércoles). Si veo donde están los puntos, firmo. Pero ya he participado en tantos (eventos anteriores) que no sé si se logre algo hoy”, dijo por la mañana Gémini Pinto, médico de 55 años, mientras transitaba al frente de uno de los puntos de recolección.
Nicmer Evans, miembro de uno de los grupos solicitantes del revocatorio, dijo en declaraciones a la prensa el mismo día que la convocatoria del poder electoral se hizo “sin hacer ningún tipo de pruebas ni experticia técnica piloto”. El grupo, que desde la mañana ha llamado a no firmar, espera introducir un recurso de nulidad del proceso ante el Tribunal Supremo venezolano, institución controlada por el oficialismo. “Ellos (el ente electoral) montaron técnicamente el aparataje para abortar el revocatorio y nosotros le decimos a ellos que el revocatorio no ha muerto”, añadió Evans en la entrada de un punto de recolección en el centro de la capital.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) informó en la mañana que el 100 % de los centros de recepción estaban abiertos. Luego de un proceso de auditoría, se espera que la institución anuncie el 13 de febrero si se logró o no el número de firmas para activar el revocatorio.
“No hay mucha información del proceso. Yo me encontré con el punto (para firmar). Lo pusieron cuesta arriba, pero creo que sí se puede”, sostuvo Servio Quintero desde uno de los centros ubicados en la barriada popular de Petare, un bastión del oficialismo.
El 17 de enero tres organizaciones solicitaron el revocatorio y cuatro días después el CNE publicó el cronograma para la recolección de las 4,2 millones de firmas de los 20,9 millones electores inscritos.
Perkins González, jubilado de 57 años, dijo luego de firmar que se enteró del proceso apenas en la jornada. “La salida está en el voto, trataremos de hacer el revocatorio, pero creo que hay muchas trabas (por parte del CNE)”, consideró.
En 2016 la oposición también intentó activar el revocatorio para el primer mandato de Maduro, pero el proceso fue suspendido por el CNE tras órdenes emanadas por varios juzgados del país.