MÉXICO. – En redes sociales, foros y aplicaciones, aparecen imágenes de jóvenes rusas, ucranianas y de otros países de Europa del Este, supuestamente en busca de hombres latinos para casarse sin importar su edad o físico, lo cual puede desatar expectativas inalcanzables en muchos casos, cuando no desilusiones, engaños y fraudes.
Desde el colapso de la Unión Soviética se intensificó una diáspora de personas originarias de esos países en todo el mundo, en algunos casos a países latinoamericanos donde destacaron en la actuación y el modelaje.
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Fue en años recientes cuando varias creadoras de contenido, principalmente de Rusia y Ucrania, comenzaron a alabar las cualidades del carácter y el físico de los caballeros latinos y a criticar las actitudes de los varones en sus respectivos países.
Luego vinieron avalanchas de supuestos tips para enamorarlas, ventajas de casarte con una de ellas o páginas y redes sociales para contactarlas, así como videos de tradiciones y curiosidades sobre sus países, e incluso algunos testimonios de parejas actuales.
En pocos meses cuentas con algunos cientos de seguidores alcanzaron millones y creció el interés de personas de toda América Latina, principalmente hombres, por conocer a una extranjera que se enamorara de ellos.
Pronto se empezó a cuestionar la veracidad sobre lo que estas mujeres y hombres del oriente europeo afirmaban en sus canales. Incluso otras mujeres rusas criticaron a sus compatriotas y aseguraron que sus mensajes eran distorsionados, exagerados o de plano falsos, y creados con la única intención de ganar grandes seguidores y dinero al monetizar sus contenidos. También aclararon que la mayoría de las mujeres de Europa del Este que viajan a Latinoamérica no lo hacen en busca de maridos,
e incluso algunos youtubers latinos han viajado a esos países para constatar estos rumores.
De lo viral a lo real:
Rusia y Latinoamérica han mantenido relaciones desde hace siglos. Según Eduard R. Malayán, embajador de Rusia en México, hay más de 25,000 residentes originarios de ese país en suelo mexicano, y uno de cada seis argentinos tiene ascendencia rusa, por mencionar solo un par de datos que ilustran la relación entre personas de ambas regiones.
Este creciente interés ha dado lugar a toda una industria romántica que va desde aplicaciones, redes sociales y páginas que ofrecen facilitar el contacto con jóvenes solteras, supuestamente en busca de una relación con una persona de Latinoamérica.
Algunas presentan historias como la de Max, un mexicano quien según la agencia Elena’s Models encontró a la mujer de sus sueños, una rusa llamada Anastasia, en solo dos días. Más allá de una fotografía de estudio de la supuesta pareja, no hay más información sobre ellos. Esta misma agencia fue demandada por un profesor de Baltimore quien denunció que lo estafaron con 50,000 dólares.
También se habla de casos en los que las mujeres efectivamente llegan a encontrarse con sus nuevas parejas, pero las diferencias culturales o las expectativas exageradas pueden generar un pronto distanciamiento.
Según cifras de la organización Just Ask, entre 100.000 y 150.000 mujeres, principalmente de Europa del Este y Asia, se ofrecen como novias por correo. Los consumidores son en su mayoría estadounidenses y canadienses de entre 20 y 50 años, pero también hay latinoamericanos, quienes gastan entre 3,000 y 10,000 dólares en promedio por lograr el contacto.
Incluso hay opiniones de que algunas de estas mujeres podrían estar motivadas principalmente por cambiar su país de residencia o su condición económica, y que el amor que ofrecen en algunas páginas quizá no siempre sea sincero. En Rusia incluso hay cursos de seducción para atraer a hombres adinerados.
Otros usuarios en redes alertan que también hay perfiles falsos que se hacen pasar por chicas extranjeras solo para obtener dinero para supuestas recargas, boletos de avión o regalos. Una vez que dejan de obtener dinero de la víctima desaparecen.
No existen cifras sobre qué porcentaje de estos contactos llegan a convertirse en parejas estables, pero la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos incluso ha emitido una guía en español para ayudar a identificar indicios de una estafa de romance.