BOGOTA – El gobierno venezolano y la oposición se unieron para el cuarto diálogo desde 2012 en México, a principios de este mes. Noruega medió en las discusiones entre los dos países, pero las expectativas entre la mayoría de los venezolanos siguen siendo bajas.
Representantes de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se sentaron a negociar en la Ciudad de México, firmando un memorándum en el que acuerdan los temas a debatir.
La agenda del diálogo entre el gobierno venezolano de Nicolás Maduro y la oposición incluye la definición de garantías electorales y un cronograma para elecciones observables; el levantamiento de las sanciones; la restauración de derechos a activos; el respeto al Estado constitucional; la convivencia política y social; la renuncia a la violencia; la reparación a las víctimas de la misma, y la protección de la economía y la población.
La renuncia de Maduro no estará en juego, lo que demuestra en muchos sentidos que el gobierno paralelo de la oposición Juan Guaidó no ha logrado desalojar al régimen. Guaidó, a quien Estados Unidos y otros países reconocen como el líder legítimo de Venezuela, había rechazado sistemáticamente cualquier coexistencia con Maduro, pero abandonó esa posición cuando propuso el acuerdo nacional por primera vez en mayo.
La oposición ahora espera presionar por garantías de unas elecciones regionales libres y justas en noviembre, así como un impulso para la liberación de docenas de presos políticos. También buscará promover un plan para la importación masiva de vacunas contra COVID-19 y un “Acuerdo de Salvación Nacional” que implicaría negociaciones con el gobierno de Maduro y sus aliados locales, organizaciones de oposición y la comunidad internacional.
En una posible señal de buena voluntad, el gobierno de Maduro liberó al líder opositor Freddy Guevara cuando comenzaron las conversaciones.
Guevara ahora dice que podría unirse a las conversaciones en México.
Para Maduro, su objetivo sigue siendo la eliminación de las sanciones de Estados Unidos contra el país comunista. Los analistas sugieren que el único interés de Maduro en estas negociaciones es lograr que la administración Biden alivie las sanciones que fueron endurecidas por su predecesor, Donald Trump.
“La negociación, es una herramienta que siempre se ha utilizado en tiempos de crisis”, dijo Benigno Alarcón Deza, director de Estudios Políticos y Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.
Alarcón dice que cualquier cosa puede pasar, siempre y cuando no incluya un cambio de poder.
Confieso que me esfuerzo por comprender el punto de vista de algunos respetables colegas sobre que hace a esta negociación distinta a las anteriores y, pese a analizarlo desde distintas perspectivas, sigo sin ser optimista sobre la disposición del régimen a una solución política
— Benigno Alarcón Deza (@benalarcon) August 12, 2021
Los gobiernos de los Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá han señalado que pueden estar dispuestos a aliviar las sanciones si se lograran avances significativos en las próximas semanas.
Esta semana, Perú se ofreció ser sede de la próxima ronda de conversaciones, programada para el 3 de septiembre.