WASHINGTON – El presidente Joe Biden ordenó el lunes al Departamento de Estado crear un grupo de trabajo para revisar la política federal de remesas con el fin de garantizar que el dinero que los cubano-estadounidenses envían a Cuba llegue directamente a las manos de sus familiares sin que el régimen se lleve su tajada.
Ordenó también revisar la viabilidad de incrementar el personal de la embajada estadounidense en La Habana. La Casa Blanca espera que un aumento de personal pueda ayudar a facilitar la participación con la sociedad civil luego de una de las mayores manifestaciones en contra del gobierno socialista de la isla en la historia reciente.
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Los detalles de las medidas fueron proporcionados por un alto funcionario del gobierno que habló a condición de guardar el anonimato debido a que el gobierno de Biden aún no las anuncia públicamente.
Hace poco más de una semana miles de cubanos salieron a las calles de La Habana y de otras ciudades de la isla en protesta por la escasez de alimentos y los elevados precios durante la crisis del coronavirus. Es un nivel de frustración que no se había visto en Cuba en más de 60 años.
Biden también está exhortando al gobierno a trabajar con el Congreso para identificar opciones con el fin de que haya mayor acceso a internet en territorio cubano. El régimen actuó rápidamente para cortar el acceso a la red mundial y evitar que se divulgaran las imágenes de las manifestaciones al resto del mundo. Legisladores republicanos, entre ellos el senador Marco Rubio, han instado a Biden a poner internet satelital gratuito a disposición de los disidentes para ayudarlos a frustrar los intentos del gobierno cubano de impedir que los activistas publiquen sus mensajes en las redes sociales.
El gobierno estadounidense también procurará colaborar con organizaciones internacionales para aumentar la asistencia humanitaria, mientras que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro analizará la posibilidad de aplicar sanciones a funcionarios cubanos que cometieron violaciones a los derechos humanos en contra de los manifestantes pacíficos en Cuba, indicó el funcionario.
Cedric Richmond, un alto asesor de Biden, y Juan González, alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional, se reunieron el lunes con líderes cubano-estadounidenses para escuchar sus recomendaciones y preocupaciones tras las protestas, indicó la Casa Blanca.
El Congreso ha estado presionando a Biden para que tome medidas con respecto al gobierno cubano. La semana pasada el mandatario dijo que Cuba era un “Estado fallido” que estaba “reprimiendo a sus ciudadanos”.
Pero Biden también dejó entrever que tomar acciones efectivas es complicado.
“Hay varias cosas que consideraríamos hacer para ayudar al pueblo cubano, pero se requeriría de una circunstancia distinta o de una garantía de que el gobierno no se aprovecharía de ellos”, declaró el mandatario. “Por ejemplo, la capacidad para enviar remesas a Cuba. No haríamos eso en este momento porque el hecho es que es altamente probable que el régimen confisque esas remesas o una gran parte de ellas”.
La drástica reducción de personal en la embajada de Cuba comenzó en 2017, y no estuvo relacionada con la antipatía del gobierno del entonces mandatario Donald Trump respecto al descongelamiento de relaciones con la isla que inició su predecesor, Barack Obama.
Más bien, el retiro del personal de la sede diplomática estadounidense comenzó a mediados de ese año en respuesta a inexplicables lesiones cerebrales que sufrieron diplomáticos, espías y otros empleados del gobierno estadounidense destacados en la isla.
El gobierno de Trump también intentó revertir muchas de las iniciativas de Obama, imponiendo nuevamente restricciones que prohibían vuelos comerciales directos de aerolíneas estadounidenses a varios aeropuertos de la isla, al igual que la llegada de cruceros con registro estadounidense.
Trump también restringió fuertemente las remesas que los cubano-estadounidenses tenían permitido enviar a sus familiares en la isla, prohibió las transacciones financieras y comerciales con la mayoría de las compañías cubanas afiliadas al gobierno o a las fuerzas armadas y, en sus últimos días de gobierno, volvió a designar a Cuba como "Estado promotor del terrorismo”, en parte por el apoyo que le da al presidente venezolano Nicolás Maduro.
Durante su campaña presidencial, Biden dijo que restablecería las políticas del gobierno de Obama que atenuaron décadas de restricciones de embargo contra La Habana. Por su parte, la derecha política en Estados Unidos lo ha acusado de no otorgar respaldo suficiente a los disidentes cubanos. Hasta el momento, el gobierno de Biden ha dicho que se lleva a cabo una revisión de las políticas del país hacia Cuba, y no ha hecho mucho por distanciarse de la postura de Trump respecto al régimen socialista.
Algunos de los miembros más liberales del Partido Demócrata, en particular la representante federal Alexandria Ocasio-Cortez, han criticado al gobierno cubano pero también han instado a Biden a levantar el embargo, una política que, dicen, contribuye al sufrimiento del pueblo cubano.