Jeff Bezos voló el martes al espacio en el primer vuelo de su empresa de turismo espacial con pasajeros a bordo, con lo que se volvió en el segundo multimillonario en una semana que viaja a los confines de la atmósfera terrestre en su propio cohete.
“¡El mejor día de todos!”, dijo Bezos cuando la cápsula aterrizó en el desierto al finalizar el vuelo de 10 minutos.
El fundador de Amazon fue acompañado por un grupo que incluyó a su hermano, un adolescente holandés y una pionera de la aviación de 82 años de edad, con lo que estas dos últimas personas se convirtieron en la más joven y la más vieja que viajan al espacio.
El cohete New Shepard de Blue Origin, que lleva el nombre del primer astronauta estadounidense, remontó vuelo con su grupo ecléctico de pasajeros en el 52do aniversario del alunizaje del Apolo 11. Bezos eligió la fecha por su importancia histórica y se aferró a su decisión a pesar de que con ello permitió que Richard Branson, de Virgin Galactic, lo venciera por nueve días en la carrera por los dólares de los turistas espaciales, con su propio vuelo desde Nuevo México.
A diferencia del avión cohete pilotado de Branson, la cápsula de Bezos estaba completamente automatizada y no requirió tripulantes a bordo para el viaje de ida y vuelta. El cohete Virgin Galactic de Branson requiere dos pilotos.
La nave de Blue Origin alcanzó una altura de 106 kilómetros (66 millas), unos 16 kilómetros (10 millas) más que el vuelo de Richard Branson del 11 de julio. El cohete de 18 metros (60 pies) aceleró a Mach3 —o tres veces la velocidad del sonido— para llevar la cápsula a la altura deseada, antes de separarse y descender en posición vertical.
Los pasajeros tuvieron varios minutos de ingravidez y un video mostró a los cuatro flotando dentro de la espaciosa cápsula blanca. Se les vio dando saltos mortales, lanzando caramelos y pelotas. Se les escuchó dando vítores, gritos y exclamando “guau”. La cápsula descendió con la ayuda de paracaídas, y los pasajeros experimentaron brevemente una fuerza de gravedad de seis veces la normal en la Tierra.
Encabezados por Bezos, salieron muy sonrientes de la cápsula, abrazaron a sus familiares, amigos e hijos y festejaron con botellas de vino espumoso, rociándose entre sí.
“Mis expectativas eran altas y se vieron superadas espectacularmente”, dijo Bezos más tarde.
Su vuelo duró 10 minutos y 10 segundos, cinco minutos menos que el vuelo de Alan Shepard en 1961. Las hijas de Shepard, Laura y Julie, fueron presentadas en una conferencia de prensa realizada unas horas más tarde.
Con Bezos viajaron su hermano menor Mark y Wally Funk, una de 13 pilotos que se entrenaron a principios de la década de 1960 para el proyecto Mercury de la NASA pero que al final no llegaron al espacio.
“He estado esperando desde hace mucho tiempo para conseguirlo finalmente”, dijo Funk después del vuelo. “Quiero ir de nuevo, rápido”, agregó.
Junto a ellos estuvo el primer cliente de pago de la compañía, Oliver Daemen, un estudiante universitario holandés cuyo padre fue uno de los postores de una subasta millonaria. Daemen fue un sustituto de última hora del misterioso ganador de la subasta, quien optó por tomar un vuelo posterior. El padre del adolescente holandés participó en la subasta y acordó pagar un precio más bajo no revelado la semana pasada, cuando Blue Origin ofreció a su hijo el asiento vacante.