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Cuba amanece con control policial y sin internet móvil

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La polica monta guardia cerca del edificio del Capitolio Nacional en La Habana, Cuba, el lunes 12 de julio de 2021, un da despus de las protestas contra la escasez de alimentos y los altos precios en medio de la crisis del coronavirus. (AP Foto/Ismael Francisco)

HAVANA – Un día después de varias manifestaciones contra el desabastecimiento, los cortes de energía y las carencias en Cuba, a las que siguieron contramarchas de simpatizantes del gobierno e incidentes en varios puntos del país, La Habana estaba el lunes fuertemente custodiada y con el servicio de internet móvil cortado.

El presidente Miguel Díaz-Canel compareció junto con todo su gabinete en la televisión nacional y atribuyó a una campaña montada desde Estados Unidos los sucesos de la víspera, que incluyeron marchas antigubernamentales completamente inusuales para la isla, detenciones violentas, saqueos de tiendas y patrullas de policía dañadas.

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“El calentamiento... que se produce en todas las redes sociales, ¿estuvo presente en todo lo que sucedió ayer o no?”, dijo Díaz-Canel. “Estamos observando que en todas las últimas semanas se incrementó la campaña contra Cuba en las redes sociales planteando un grupo de matrices, de las carencias que estamos viviendo, porque ésa es la manera en que se monta: tratar de crear disconformidad, insatisfacción a partir de manipular las emociones y sentimientos”.

Miles de personas desafiaron el calor y se lanzaron a las calles el domingo por la tarde en varios puntos de la capital, desde el icónico Malecón, pasando por el populoso barrio de Centro Habana hasta el Prado, así como en otros puntos periféricos de la ciudad. Fueron marchas sin una organización específica que se armaban en uno y otro lado conforme llegaba más gente, según constató The Associated Press.

Además hubo manifestaciones en San Antonio de los Baños, en las afueras de la capital. Las autoridades reconocieron que algunas fotos de patrullas volcadas que fueron publicadas en las redes sociales son verídicas.

Dos corresponsales de la AP fueron agredidos. Simpatizantes del oficialismo que salieron a contrarrestar las marchas rompieron los equipos de un camarógrafo, y la policía golpeó al fotógrafo Ramón Espinosa, hiriéndolo en la nariz y uno de los ojos. Actualmente se encuentra hospitalizado sin que su vida corra peligro.

Díaz-Canel reconoció que no todos los manifestantes eran “contrarrevolucionarios ni mucho menos”, sino personas “insatisfechas”.

“No hay comida, no hay nada y es algo que duele”, dijo el lunes a la AP Claudia González, una ama de casa. “Ahora mismo el presidente tiene comida, tiene arroz, (pero) otro que se esfuerza no tiene nada”.

Una docena de personas con las cuales la AP habló el domingo marcharon por reclamos diversos, los cuales iban desde la exigencia a que haya un cambio de gobierno a un mayor surtido de alimentos y medicinas, control de precios y el fin a los cortes intermitentes de luz.

“Los sucesos del pasado domingo son un grito desesperado”, dijo a la AP Harold Cárdenas, analista político y bloguero cubano que reside en Estados Unidos. “Es producto del agravamiento de la crisis económica, política y sanitaria del país, provocando mayor polarización interna y menos voluntad entre las partes por buscar cambios democráticos a través del consenso”.

Cárdenas lamentó que el gobierno cubano se hubiera refugiado “una vez más en el discurso de trinchera”, culpando a Estados Unidos de la crisis interna del país "sin reconocer que la responsabilidad es compartida”, aunque admitió el impacto de las sanciones a la isla, que el año pasado sumaron unos 5.500 millones de dólares en pérdidas.

Muchas de las principales arterias de la capital amanecieron el lunes fuertemente custodiadas por la policía. En algunas de ellas se instalaron brigadas especiales desde el domingo por la noche.

El internet móvil fue suspendido desde el domingo, y no había servicio de datos, o es intermitente.

Cuba lleva año y medio de una fuerte crisis provocada por la paralización de su economía debido a la pandemia de coronavirus y las pérdidas causadas por las sanciones de Washington, endurecidas por el expresidente Donald Trump para provocar un cambio de modelo político. Su sucesor Joe Biden no las ha modificado.

Calor, largas colas, desabastecimiento de productos básicos, escasas mercancías en los mercados e inexistencia de medicinas —incluso antibióticos— caldearon los ánimos. La economía de la isla retrocedió 11% en 2020.

En tanto, en las últimas semanas un rebrote de COVID-19 elevó los contagios a casi 7.000 diarios con su consiguiente incremento de muertes. La provincia de Matanzas encabeza los territorios más complicados, en los que los hospitales están abrumados. La Habana, que tiene mayor número de vacunados, ha controlado mejor las infecciones.

Además de los arrestos constatados por la AP el domingo en las manifestaciones en La Habana, desde Santiago —a unos 900 kilómetros al este de la capital— se informó sobre la detención del activista José Daniel Ferrer, quien lidera un grupo opositor radical llamado Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). Su correligionario Ovidio Martín en esa localidad confirmó vía telefónica que el activista fue aprehendido sin que pudieran llegar a la marcha.

Desde Estados Unidos, Biden apoyó las manifestaciones antigubernamentales y “su llamamiento a la libertad” tras “décadas de represión y sufrimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba".

"El pueblo cubano está haciendo valer derechos fundamentales y universales”, agregó en su comunicado.

Poco antes el director para Estados Unidos en la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, aseguró en su cuenta de Twitter que la inquietud expresada por Washington no es válida.

“El Departamento de Estado de Estados Unidos y sus funcionarios involucrados hasta el cuello en promover inestabilidad social y política en Cuba, deben evitar expresar una preocupación hipócrita por una situación por la que han apostado”, añadió.

Las reacciones desde otros países no se hicieron esperar. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se manifestó a favor de una salida mediante el diálogo y sin el uso de la fuerza, y ofreció enviar alimentos y medicinas. Por su parte, el mandatario argentino Alberto Fernández también ofreció apoyo al país caribeño y señaló que las sanciones son devastadoras para las economías, por lo que exhortó a Estados Unidos a levantarlas.


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