PANAMA – Después de más de un año con las escuelas cerradas, varios miles de estudiantes regresaron el lunes a clases semipresenciales en Panamá, uno de los países en el mundo que más tiempo demoró en reabrir sus centros escolares debido al nuevo coronavirus.
Las autoridades educativas informaron que más de 8.000 alumnos de 78 escuelas públicas y privadas, con baja matrícula y de áreas con pocos contagios, reiniciaron las clases de una población estudiantil superior a 800.000.
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A último momento se decidió postergar el reinicio en 22 escuelas en zonas de la provincia de Panamá, incluida la capital, debido a un nuevo incremento de los contagios y en medio de reiteradas advertencias sobre una posible tercera ola de casos a nivel nacional.
Grupos de alumnos entonaron felices el himno nacional frente a la bandera panameña antes de ingresar a sus aulas reabiertas.
Panamá había permitido hasta ahora tutorías y clases de reforzamiento en algunos centros.
UNICEF indicó a inicios de año que Panamá figuraba entre un grupo de 14 países en el mundo que mantenían sus escuelas cerradas desde marzo de 2020 y advirtió sobre las “consecuencias desastrosas para la educación y el bienestar de los niños” que eso implicaba.
“Hay que volver a las aulas antes de que el daño sea irreversible”, advirtió el doctor Jorge Luis Prosperi, exrepresentante panameño de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud.
“No será tarea fácil, pues desde hace dos meses la epidemia parece estar fuera de control en el país, reportando un claro aumento de los casos y fallecidos diariamente”, expuso Prosperi en un artículo de prensa.
Pero a diferencia de sus vecinos Costa Rica y Colombia, abrumados por los fuertes contagios que copan su sistema sanitario, Panamá registra actualmente un menor porcentaje de infecciones y tiene mayor disponibilidad hospitalaria tras el fuerte pico sufrido en diciembre y enero.
Hasta el momento, Panamá ha inoculado al 14% de su población pero las autoridades advirtieron que la inmunidad de rebaño aún está lejos de lograrse en medio de festejos masivos en las calles el fin de semana sin las medidas de bioseguridad.
El país centroamericano acumula más de 377.700 contagios y 6.370 muertes por COVID-19.