CIUDAD DE MÉXICO. – En México las elecciones se ganan con votos, pero también a balazos. El caso más reciente es el asesinato de Abel Murrieta, candidato a la alcaldía de Cajeme, un municipio del estado fronterizo de Sonora, pero no es el único: a menos de un mes para las votaciones, suman 79 políticos asesinados, así como 119 personas cercanas a ellos.
Para nadie es secreto que México enfrenta la presencia de grupos de delincuentes armados y financiados por actividades criminales, empoderados por autoridades corruptas y décadas de estrategias fallidas, pero cuando se trata de elecciones la situación se pone aún peor.
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Están en puerta las elecciones más grandes de la historia mexicana, con 93 millones de electores mayores de edad que decidirán la renovación de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y cientos de alcaldías en 30 estados. La votación se realizará el próximo 6 de junio.
Pero el crimen organizado y sus intereses también están presentes. De acuerdo con datos presentados en el Cuarto Informe de Violencia Política en México 2021, este proceso electoral ya el segundo más violento desde el año 2000.
Desde el inicio del proceso han sido asesinados 79 políticos, 28 familiares de políticos y 91 servidores públicos sin militancia: en total son 198 víctimas mortales ligadas a la política y al servicio público durante el proceso electoral. Veracruz es el estado donde es más peligroso ser candidato, con 14 víctimas mortales.
No todos los políticos corren el mismo riesgo: el 78% de las 282 víctimas pertenecían a partidos opositores a los gobiernos de sus estados. La violencia letal contra opositores afecta en mayor medida a los aspirantes a cargos de elección municipal.
“El número de políticos y aspirantes asesinados es 29.5% superior a las 61 víctimas mortales del ciclo electoral intermedio de 2015; mientras que las agresiones globales (homicidios dolosos, amenazas, privaciones ilegales de la libertad, robos, intimidaciones y otros delitos), registradas hasta el 30 de abril de 2021, superan en 64% las cifras de violencia que se habían presentado hasta el mismo corte del periodo electoral 2017-2018, el más violento de la historia, a falta de un mes para la jornada electoral del próximo 6 de junio de 2021”, refiere textualmente el informe.
Así, las agresiones en contra de políticos, aspirantes y candidatos en el actual proceso abarcaron a 31 entidades y 321 municipios de la república (13% del total de municipios).
La violencia inhumana que los delincuentes desatan en sus comunidades no sólo afecta el resultado de las elecciones, además mantiene aterrorizadas a las funcionarias y funcionarios públicos que llegan a esos puestos. También hay unos cuántos beneficiados, usualmente criminales coludidos con los cárteles quienes al tener el poder se dedican a proteger las actividades delictivas de sus grupos y no dudan en asesinar a quien se interponga en su ciclo de control, corrupción y violencia.