HAVANA – Desde el mes abril, Miguel Díaz-Canel es el nuevo líder del Partido Comunista de Cuba (PCC), un cargo que suma al de presidente de la República. Aunque prometió “continuidad” y en el mediano plazo no se espera un cambio en el modelo unipartidista, la sociedad isleña -cada vez más interconectada- puja por encontrar espacios de representación para su diversidad. De lograrlo o no, según expertos, dependerá de estabilidad del sistema político, único en el continente.
¿QUÉ MOMENTO ATRAVIESA LA SOCIEDAD CUBANA ACTUAL?
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Personas y especialistas consultados por AP coincidieron en que las carencias económicas, el desabasto, el mercado negro y las subas de precios son el principal problema para la población. Esta situación financiera se articula con una realidad social y política que no puede presentarse como monolítica o igualitaria como en pasado.
“La Cuba actual es una sociedad mucho más plural”, dijo a The Associated Press, Yassel Padrón Kunakbaeva, un filósofo marxista y bloguero de 30 años. “Además, el país vive uno de los momentos más difíciles desde el punto de vista económico. En esas condiciones, el Partido (Comunista) no puede pretender que exista un modelo de pensamiento único”.
“La viabilidad del sistema político depende de que sea capaz de ofrecer un espacio a las más diversas opiniones”, agregó Padrón.
Junto con una mayor apertura al mundo, la desigualdad económica entre quienes reciben divisas o tienen negocios y los que no, es más visible. En las últimas décadas, además, antiguos prejuicios revolucionarios quedaron atrás y es habitual encontrar gays entre los funcionarios del partido y el gobierno. Además hay iglesias funcionando a pleno y feministas, animalistas y activistas afrodescendientes hacen conocer su quejas o críticas abiertamente.
Recientemente, el artista y disidente Luis Manuel Otero Alcántara realizó varias protestas junto con su grupo Movimiento San Isidro. Aunque no despierta simpatía entre toda la población y las autoridades hicieron campaña vinculándolo con organizaciones anticastristas, logró llamar la atención, sobre todo gracias a un uso intensivo de las redes sociales que comenzaron a difundirse en estos dos años desde que se abrió el servicio de datos móviles.
¿POR QUÉ SIGUE IMPORTANDO EL PCC?
Con sus 700.000 militantes --el ingreso es selectivo--, su importancia radica en que es el único con estatus legal en la isla y según la Constitución es el encargado de dirigir al Estado, por tanto, todo lo que el gobierno haga en materia política y económica pasa por camino diseñado por este instituto.
El VIII Congreso --realizado entre el 16 y 19 de abril-- cerró con la elección de las máximas autoridades partidarias. Díaz-Canel, de 61 años, sustituyó como primer secretario a Raúl Castro, quien había sucedido a su fallecido hermano Fidel en 2016. También se eligió a un Buró Político de 14 personas, un secretariado de 6 y otros 96 miembros del Comité Central. No hay nadie entre ellos de la vieja guardia que hizo la revolución en 1959.
En los puestos directivos hay 12 generales y una franca mayoría de funcionarios, pero para los observadores faltó representación real de esa Cuba actual.
“El congreso fue un cónclave de burócratas de nivel medio y alto de las diferentes esferas de la sociedad y regiones del país, los demás eran excepciones”, expresó a la AP el ensayista cubano Mario Valdés Navia. “Lo que más duele es la ausencia de obreros y empleados de la base...La fuerte presencia de militares y de su sistema empresarial”.
Valdés hizo referencia al general y exyerno de Castro, Luis Alberto López-Calleja, presidente del Grupo de Administración Empresarial (GAESA), la corporación militar que maneja sectores estratégicos del país, desde hoteles y decenas de almacenes hasta financieras. Observadores hicieron notar la llamativa ausencia entre la directiva del PCC de artistas, intelectuales, emprendedores del emergente sector no estatal y de los pocos científicos, cuando antes estas personalidades solían brillar en el Comité Central.
¿QUÉ DICE EL GOBIERNO?
Díaz-Canel en sus discursos insistió en la “continuidad” de la revolución y el modelo unipartidista como una forma de mantener la cohesión ante la ofensiva de Estados Unidos y los grupos de presión que buscarían socavar la revolución y revertir sus logros, pero al fin y al cabo reconoció el desafío de la pluralidad.
“Lo más revolucionario dentro de la Revolución es y debe ser siempre el Partido”, expreso Díaz-Canel. “Y es nuestro deber... entender que esa fuerza política no es monocromática, ni idéntica entre sí, y mucho menos unánime al expresarse”.
¿QUÉ PODRÍA OCURRIR EN LA RELACIÓN BILATERAL DE CUBA CON ESTADOS UNIDOS?
El unipartidismo --junto con la falta de canales de expresión independiente o la libertad de asociación o la permanencia de algún Castro en la dirigencia--, fue una de las razones por las que Estados Unidos impuso sanciones a la isla desde la década de los 60. Éstas fueron endurecidas durante la administración de Donald Trump, quien firmó más de 200 medidas económicas y políticas contra el país.
“La actitud de Cuba hacia Estados Unidos se mantiene sin cambios. Díaz-Canel reiteró la voluntad de Cuba de comprometerse con Estados Unidos sobre la base del respeto”, comentó ante la AP, Wiliam M. LeoGrande, un experto en América Latina y profesor en la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad Americana en Washington.
Mientras, “la política estadounidense permanece estancada en el pasado, a pesar de que ya no hay un Castro a cargo”, reflexionó LeoGrande.
El actual presidente, Joe Biden, durante las elecciones se mostró dispuesto a un acercamiento a la isla como en la época de su predecesor Barack Obama, pero en estos primeros meses no hubo novedad.
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Andrea Rodríguez está en Twitter: www.twitter.com/ARodriguezAP