La reducción rápida y drástica de las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero superpotente, es esencial para frenar y limitar el calentamiento global, de acuerdo con un estudio de la ONU difundido el jueves.
Si se reducen casi a la mitad las emisiones de metano causadas por el ser humano para 2030, se puede prevenir 0,3 grados Celsius (0,5° Fahrenheit) de calentamiento, según el informe del Programa Ambiental de la ONU.
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La reducción del metano, añade, sería relativamente barata y se puede lograr si se tapan las filtraciones en oleoductos, se detiene la liberación de gas natural en las perforaciones, se capturan los gases de los vertederos y se reduce el metano de los eructos del ganado y otras fuentes agrarias, que es lo más difícil.
Puesto que el metano ayuda a generar el smog, la reducción de las emisiones anuales del gas en 45%, o casi 180 millones de toneladas, ayudaría a prevenir unas 250.000 muertes anuales causadas por trastornos de salud ocasionados por la contaminación, según la ONU.
“Es absolutamente crucial que abordemos el metano y lo hagamos de manera expedita”, dijo la directora del Programa Ambiental de la ONU, Inger Andersen.
Añadió que sin la reducción del metano y el dióxido de carbono, el mundo no podrá alcanzar las metas del acuerdo climático de París de 2015. El autor principal del informe, Drew Shindell, geólogo de la Universidad Duke, dijo que la aceleración reciente de la contaminación con metano “nos está alejando mucho” de las metas de París.
La reducción de metano puede ser de ayuda a corto plazo dentro de la larga campaña para frenar el calentamiento global porque es más potente pero a la vez de persistencia menor que el dióxido de carbono, dijo Shindell.
El metano dura una docena de años en el aire, mientras que el dióxido de carbono permanece durante siglos. La molécula de metano atrapa docenas de veces más calor que el dióxido de carbono. En el aire hay 200 veces más dióxido de carbono que de metano.