MEXICO CITY – CIUDAD DE MÉEl presidente Andrés Manuel López Obrador expresó el lunes su preocupación de que otra turbia liberación de un narcotraficante pueda convertir a México en blanco de burlas internacionales.
Hace casi ocho años, el narcotraficante Rafael Caro Quintero salió de prisión a altas horas de la noche gracias a una orden de liberación emitida incorrectamente. Desde entonces regresó al tráfico de drogas y ha ocasionado sangrientas batallas por territorio en el estado de Sonora, limítrofe con Estados Unidos.
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El sábado, otro capo del cártel de Sinaloa estuvo a punto de salir en circunstancias similares.
Héctor “El Güero” Palma llegó a encontrarse a unas cuántas horas de su libertad después que el secretario de un juez envió una carta —en sábado y en feriado nacional— diciendo que el gobierno debía liberarlo inmediatamente luego de que fue absuelto de los cargos de crimen organizado.
“Este es un asunto de importancia nacional”, dijo López Obrador el lunes. “Imagínense la sospecha, las bromas, los memes”.
“Pasó algo parecido cuando se liberó al señor Caro Quintero”, recordó el mandatario. “No sé si fue el fin de semana... se lo libera y luego viene la denuncia de los Estados Unidos, y revocan la decisión”.
Agregó que “ningún gobierno extranjero debe acusar al gobierno mexicano y nosotros no debemos dar motivo para eso”.
El juez envió el domingo otra notificación diciendo que Palma debía ser liberado antes de las 4 de la tarde. López Obrador dijo que los fiscales obtuvieron una extensión de 48 horas para buscar cualquier orden judicial pendiente que pudiera justificar su detención. El plazo se acaba el martes. El presidente dijo que si no se encuentra ninguna orden, Palma debe ser liberado.
El gobierno de México a cargo de López Obrador está comenzando a ganarse la reputación de haber liberado a más narcotraficantes de los que ha capturado, parte de la política del presidente de no arrestar a capos para evitar la violencia.
Christopher Landau, exembajador de Estados Unidos en México, dijo en abril que López Obrador percibe el combate a los cárteles “como una distracción. Así que básicamente ha adoptado una agenda de actitud relajada hacia ellos, lo que obviamente es sumamente preocupante para nuestro gobierno”.
La postura de López Obrador no ha hecho mucho por reducir la violencia relacionada al tráfico de drogas en México, y la liberación de Palma, al igual que la de Caro Quintero, podría resultar en un mayor derramamiento de sangre.
“El Güero” Palma fue uno de los fundadores del cártel de Sinaloa, junto con Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien está preso en Estados Unidos. Palma y Guzmán atrajeron atención no deseada en 1993, cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado durante un tiroteo entre hombres armados del cártel de Sinaloa y miembros del grupo de los Arellano Félix en el aeropuerto de Guadalajara. Aparentemente, los agresores confundieron el vehículo de lujo en que viajaba el cardenal con el auto de uno de sus rivales.
Palma fue arrestado en México en 1995 y estuvo preso 12 años por cargos de soborno y armas antes de ser extraditado a Estados Unidos en 2007, donde cumplió nueve años de una sentencia de 16 años por tráfico de cocaína. Luego fue enviado de regreso a su país, donde fue juzgado por los delitos de crimen organizado de los que fue absuelto la semana pasada.
El sistema judicial de México tiene mala reputación y las órdenes de liberación nocturnas o en fines de semana no le ayudan. López Obrador dijo que presionaría para que haya una reforma con el fin de que tales órdenes no se emitan los fines de semana.
Aunque la liberación de Caro Quintero precede a la presidencia de López Obrador — inició su sexenio en diciembre de 2018 — el mandatario ha dicho recientemente que fue “justificada”, debido a que supuestamente no se había emitido un veredicto en contra del capo después de pasar 27 años en prisión.
De hecho, sí hubo un veredicto; un tribunal de apelaciones lo revirtió indebidamente, pero la Suprema Corte ratificó el fallo posteriormente. Sin embargo, ya era demasiado tarde; Caro Quintero abordó un vehículo que lo esperaba y actualmente es prófugo de la justicia. Ha intentado reconstruir su imperio mediante disputas territoriales con otros grupos delictivos en Sonora.
El tema es particularmente delicado para López Obrador, debido a que en 2019 el mandatario ordenó que Ovidio Guzmán, uno de los hijos de “El Chapo”, fuera liberado para evitar una masacre.
López Obrador ha dicho que el objetivo de su política de “abrazos, no balazos” es evitar la violencia. Pero apenas se ha registrado una reducción mínima en las tasas de homicidios respecto a su punto más alto en 2019.
Caro Quintero quedó en libertad mientras cumplía una sentencia de 40 años por la tortura y asesinato en 1985 del agente Enrique “Kiki” Camarena, de la administración antinarcóticos estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), y desde entonces aparentemente ha retomado su papel dentro del narcotráfico.
Caro Quintero encabeza la lista de los más buscados de la DEA, y hay una recompensa de 20 millones de dólares por su captura.