MIAMI, Fla. – Iris Acosta-Zobel decidió que “ya es suficiente”. Se sintió tan frustrada con Centner Academy que canceló la inscripción de su hija de 7 años en la escuela privada de Miami la semana pasada.
“Estábamos muy preocupados por lo que se les está diciendo a estos niños dentro de esa institución educativa que no aprobamos”, dijo Acosta-Zobel. “Quiero decir, ¿cuál es la moral dentro de las paredes de esta escuela?”
Centner, que tiene campus en el Design District de Miami y Edgewater, fue noticia internacional cuando se supo que la escuela amenazaba los trabajos de los profesores y el personal si recibían una vacuna COVID-19.
“Ese no es un verdadero entorno educativo”, dijo Acosta-Zobel.
Otros padres se pronunciaron en contra de la postura contraria a las vacunas de la directora ejecutiva de la escuela, Leila Centner, la semana pasada, y pidieron no ser identificados ya que sus hijos todavía asisten a la escuela. Algunos dijeron que se encontraron con resistencia al tratar de sacar de ahí a sus estudiantes.
Algunos otros padres hablaron en apoyo de Centner y su administración.
Centner, en una entrevista televisiva la semana pasada, hizo referencia a informes de “mujeres no vacunadas que se ven afectadas y tienen abortos espontáneos al estar cerca de mujeres vacunadas”.
Los expertos médicos desacreditan esa afirmación.
Padres como Acosta-Zobel, cuyo hijo había estado matriculado en la escuela durante dos años, dicen que hubo señales de alerta desde el principio.
“Por la forma en que pensaba que los niños estaban enfermos porque los estábamos alimentando con demasiada azúcar o no los estábamos alimentando bien o no estábamos haciendo bien nuestro trabajo como padres”, dijo Acosta-Zobel.
Acosta-Zobel dijo que las mascarillas estuvieron ausentes entre la mayoría del personal y los maestros durante el apogeo de la pandemia.
Al menos un estudiante envió un correo electrónico a sus padres diciendo que un maestro les estaba diciendo que se mantuvieran alejados de sus padres vacunados y que no se abrazaran durante más de cinco segundos. También que evitaran recibir la vacuna COVID-19.
La escuela reconoció que fue un error aislado de ese maestro. Pero para Acosta-Zobel, fue la última gota: “Tenemos la bendición de que nuestro hijo ya no esté en ese entorno”, aseguró.
Acosta-Zobel agregó que la mayoría de los maestros que encontró en la escuela eran buenos y bien intencionados. Sin embargo, las políticas desde arriba no eran adecuadas para ella y su familia.