WASHINGTON – Los mandatarios de Rusia y China dejaron de lado sus diferencias con el presidente estadounidense Joe Biden lo suficiente para comprometerse el jueves a cooperar en la reducción de emisiones por la quema de carbón y petróleo, en el arranque de una cumbre climática virtual que representa el regreso de Estados Unidos a la lucha contra el calentamiento global.
Ni Vladimir Putin ni Xi Jinping se sumaron de inmediato al exhorto de Estados Unidos y algunos de sus aliados a hacer compromisos específicos para reducir la contaminación con combustibles fósiles durante el primero de los dos días de la cumbre, de la cual Estados Unidos es anfitrión.
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Pero quienes abogan por una mejora del medio ambiente esperan que la reunión ponga en marcha acciones nuevas de parte de los grandes contaminadores, allanando el camino hacia una reunión de Naciones Unidas programada para noviembre en Glasgow que es considerada crucial en la desaceleración del cambio climático para la próxima década.
El mundo entero enfrenta “un momento de peligro”, pero también “un momento de oportunidad”, declaró Biden durante la cumbre virtual con 40 líderes mundiales. Los participantes fueron presentándose uno tras otro en la pantalla en lo que pareció ser una mezcla de discursos en vivo y grabados.
“Los indicios son inconfundibles. La ciencia es innegable. El costo de la inacción sigue creciendo”, dijo Biden.
El nuevo compromiso de Estados Unidos planteado por Biden reduciría las emisiones del país por la quema de combustibles fósiles en hasta un 52% para 2030. Se da luego de cuatro años de ausencia del país en el la lucha internacional contra el calentamiento global durante el gobierno del presidente Donald Trump, quien sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París de 2015.
El gobierno de Biden está esbozando esta semana una visión de país próspero, con energía limpia, en el que las fábricas producen baterías modernas y autos eléctricos para exportación, los trabajadores cuentan con una red eléctrica nacional eficiente y cuadrillas sellan plataformas petroleras y minas de carbón abandonadas.
En la reunión, Japón anunció su propio objetivo de reducción de 46% de las emisiones, mientras que Corea del Sur informó que dejará de destinar recursos públicos al financiamiento de nuevas plantas termoeléctricas operadas con carbón, lo que podría ser un importante paso para convencer a China y otros países dependientes del carbón para que también dejen de construir y de proveer de fondos a nuevas plantas.
La pandemia de coronavirus forzó a realizar la cumbre por teleconferencia, limitando las oportunidades para interacciones y negociaciones espontáneas.
Pero la reunión permitió ver un impresionante desfile de los líderes más poderosos del mundo hablando sobre la causa única del cambio climático.
El presidente chino, cuyo país es el mayor emisor mundial, seguido por Estados Unidos, fue el primer orador entre las otras figuras globales. No aludió a las disputas en otras arenas que habían hecho incierta su participación en la cumbre hasta el miércoles, pero dijo que China colaboraría con Estados Unidos para reducir emisiones.
“Proteger el ambiente es proteger la productividad, y fortalecer el ambiente es fortalecer la productividad. Así de sencillo”, dijo Xi
Putin, a quien Biden ha descrito como “asesino” por la agresiva represión de la oposición rusa, no mencionó tampoco las diferencias en su discurso.
“Rusia está genuinamente interesada en fomentar la cooperación internacional para buscar más soluciones efectivas al cambio climático”, dijo Putin. Rusia es por algunos indicadores el cuarto mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo.
Pero ni Rusia y ni China anunciaron recortes específicos nuevos de sus emisiones.
La canciller de Alemania Angela Merkel fue una de muchos aliados que celebraron el regreso de Estados Unidos.
“Estoy encartada de ver el regreso de Estados Unidos, para trabajar junto con nosotros en políticas climáticas”, dijo Merkel. “Porque no puede haber dudas de que el mundo necesita su contribución si queremos realmente lograr nuestros ambiciosos objetivos”.
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Knickmeyer reportó desde Oklahoma City. Los periodistas de The Associated Press Ashok Sharma en Nueva Delhi, Joe McDonald en Beijing, Vladimir Isachenkov en Moscú, David Biller en Río de Janeiro, Nicole Winfield en Ciudad del Vaticano, Mari Yamaguchi en Tokio y Aamer Madhani, Seth Borenstein, Lisa Mascaro y Alexandra Jaffe en Washington contribuyeron a este despacho.