MANILA – Un tifón que se aproximaba a Filipinas el lunes inundó poblados en el este y el centro del país dejando una persona muerta y más de 100.000 evacuados como precaución, aunque la inusual tormenta de verano podría no tocar tierra, dijeron las autoridades.
El tifón Surigae estaba el lunes por la tarde unos 500 kilómetros (310 millas) al este de la provincia de Quezon, con vientos máximos sostenidos de 195 kilómetros (121 millas) por hora y ráfagas de hasta 240 kilómetros (149 millas) por hora. Se esperaba que se desplazara despacio hacia el noroeste y después virase al este, alejándose del norte de Filipinas aproximadamente el jueves.
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Una zona de altas presiones que se extendía de China a Japón impedía que el tifón se adentrase en tierra, según Vicente Malano, administrador de la agencia medioambiental del gobierno.
Sin embargo, las lluvias y vientos del tifón inundaron al menos 22 poblados y causaron apagones en cuatro provincias. Más de 3.200 personas, así como 43 transbordadores y cargueros, se quedaron varados en puertos después de que la Guardia Costera suspendiera los viajes por mar al acercarse el tifón, según dijeron la agencia filipina de gestión de desastres y la Guardia Costera.
Más de 29.300 familias, o 109.00 personas, fueron evacuadas a refugios de emergencias como precaución en cinco provincias, indicó la agencia de desastres. Los gobiernos locales dijeron que tendrían que abrir más centros de evacuación para garantizar el distanciamiento social durante la pandemia.
“Es muy duro, es tóxico, pero no tenemos opción”, dijo por teléfono la alcaldesa Ann Gemma Ongjoco, de la población de Guinobatan, en la provincia de Albay. En su localidad se estaban utilizando también iglesias para cobijar a más de 6.100 personas, incluidas muchas de poblaciones amenazadas por las coladas del Mayon, uno de los volcanes más activos del archipiélago.
Filipinas sufre un importante brote de coronavirus, con 845.745 contagios y 16.048 muertes reportadas.
Unos 20 tifones y tormentas azotan Filipinas cada año. También se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una región con gran actividad sísmica que suele sufrir terremotos y erupciones volcánicas, lo que hace del empobrecido país uno de los más propensos del mundo a las catástrofes naturales.