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Elecciones de El Salvador fortalecerían a presidente Bukele

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El presidente salvadoreo Nayib Bukele levanta su dedo marcado despus de votar mientras posa con su esposa Gabriela Rodrguez en un colegio electoral durante las elecciones legislativas y municipales, en San Salvador, El Salvador, el domingo 28 de febrero de 2021 (AP Foto/Salvador Melndez)

SAN SALVADOR – Los salvadoreños quedaron a la espera de los resultados de las elecciones legislativas y municipales del domingo que podrían acrecentar el poder del presidente Nayib Bukele a pesar de las fuertes críticas por su forma de gobernar la nación centroamericana.

La transmisión de los resultados marchaba con lentitud y apenas un 8% de las 8.451 actas de las mesas receptoras habían logrado llegar al centro de computo del Tribunal Supremo Electoral después de más de seis horas de transcurrido el cierre de la votación.

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Más temprano, Bukele publicó un vídeo en Twitter con quema de pólvora de luces multicolores y escribió la palabra “Victoria”. Mientras tanto, la empresa encuestadora CID Gallup publicó un sondeo a boca de urna de la elección para la Asamblea Legislativa que le daba a Nuevas Ideas 53 de los 84 curules.

La autoridad electoral estimó que la participación en las urnas fue del 51,5%, superior a la de las dos anteriores contiendas. Unos 5,3 millones de salvadoreños estaban facultados para emitir el voto.

Los partidos políticos establecidos en El Salvador —la derechista Alianza Nacional Republicana (Arena) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)— buscaban mantener su control en el Congreso y otros puestos clave que han preservado desde el final de la guerra civil del país en 1992.

La ira contra los partidos que gobernaron El Salvador durante casi tres décadas llevó al joven Bukele al poder en 2019.

Aunque el nombre de Bukele no apareció en las boletas, la figura del líder de 39 años fue dominante en la campaña y todas las encuestas vaticinan que su partido Nuevas Ideas obtendría en las urnas el control del Congreso de 84 escaños y la mayoría de las alcaldías.

Bukele ha culpado al Congreso de bloquear sus esfuerzos en todo, desde el control del crimen hasta el manejo de la pandemia del nuevo coronavirus.

Luciendo una playera color cian con la N de Nayib, Estela Jiménez llegó bien temprano a un centro de votación en San Salvador con el fin de respaldar a candidatos del partido de Bukele. “Yo vengo a votar por un cambio, para sacar a los corruptos y que nuestro presidente haga un nuevo país”, manifestó la mujer.

Los opositores han advertido que la democracia en el país centroamericano está en peligro por lo que consideran una forma autoritaria de gobernar del popular mandatario salvadoreño.

En febrero de 2020, Bukele presionó a los diputados para que aprobaran un millonario préstamo para combatir la delincuencia y los convocó a una sesión plenaria, pero los legisladores opositores no se presentaron. Entonces el mandatario llegó al Palacio Legislativo acompañado de militares y policías fuertemente armados, lo que le generó reproches a nivel internacional. A partir de allí la convivencia entre el Legislativo y el Ejecutivo ha sido imposible.

Entonces la contienda es vista también por muchos como un referendo sobre si se debe dar el control del legislativo a Bukele para que pueda destrabar e impulsar sus iniciativas. De ganar de manera contundente el Congreso, eso permitiría no solo al partido de Bukele impulsar la agenda del gobernante, sino también abrir la ruta para el nombramiento de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el fiscal general, magistrados del Tribunal Supremo Electoral y la aprobación de préstamos internacionales.

Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, con sede en Washington, dijo a The Associated Press que aunque Bukele es un presidente legítimo y democrático con un sólido respaldo mayoritario, “sus tendencias autoritarias... son motivo de gran preocupación”.

El abogado Eduardo Escobar, de la ONG Acción Ciudadana en El Salvador, advirtió que una victoria de Nuevas Ideas “profundizaría el autoritarismo del gobierno liderado por Bukele”, aunque reconoció que la popularidad del mandatario es casi tan alta como el rechazo a los partidos tradicionales porque “en los 30 años de gobierno de estos partidos la gente no ha visto mejoras en sus vidas”.

Bukele sufragó por la tarde, y en una rueda de prensa llamó a los votantes a sumarse a lo que calificó como una “operación remate” para asegurar la victoria de su partido Nuevas Ideas.

“Yo le quiero llamar operación remate, el país ha decidido dejar la página de la postguerra, pero falta algo más. Hagamos ese triunfo avasallador”, afirmó Bukele, luciendo su típica gorra hacia atrás.

Bukele también aseguró que durante la jornada se dieron “irregularidades generalizadas" de las que no entró en detalles.

Ante el llamado de Bukele, el Tribunal Supremo Electoral ordenó posteriormente el inicio de una investigación por presuntamente infringir la norma de elecciones y violar el ”silencio electoral”.

Las autoridades electorales exhortaron al presidente a que se abstenga de realizar acciones que puedan implicar una violación al principio de equidad en la contienda electoral.

En las elecciones tomaron parte diez partidos políticos, pero todas las encuestas proyectan como amplio favorito a Nuevas Ideas, que fundó Bukele. Muy atrás aparecen Arena y el FMLN, que en los últimos 30 años se han repartido el poder.

Arena —que gobernó el país durante 20 años (1989-2009) — y que ha mantenido el control de la mayoría de las alcaldías y por mucho ha controlado las decisiones en el Congreso, estaría pasando su peor época y según las proyecciones de todos los sondeos, quedaría muy reducida.


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