Una tormenta invernal cubrió de hielo y nieve el noroeste de Estados Unidos que da al Pacífico el sábado, dejando a cientos de miles de habitantes sin energía eléctrica y afectando los viajes en la región.
La lluvia helada cubrió con hielo los caminos, líneas de electricidad y árboles en la región de Portland, Oregon, y para el sábado en la mañana más de 270.000 habitantes no tenían luz. Las condiciones extremas, falta de energía eléctrica y problemas de transporte llevaron a la gobernadora de Oregon, Kate Brown, a declarar el estado de emergencia el sábado por la tarde.
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“Las cuadrillas trabajan al máximo ahora y se están coordinando con los equipos locales de respuestas de emergencia respecto a la comunicación de los servicios de emergencia, como los centros de alertas”, señaló Brown en un comunicado. “Yo estoy comprometida en brindar los recursos del estado para garantizar que las cuadrillas tengan todo lo que necesitan en sus labores”.
Las tormentas invernales y el frío extremo afectaron gran parte del oeste de Estados Unidos, exponiendo particularmente las comunidades de personas indigentes. Voluntarios y personal de refugios trataban de asegurarse de que la población sin hogar en Casper, Wyoming, tuviera resguardo luego que el Servicio Meteorológico Nacional advirtiera que los vientos helados descenderían hasta 35 grados Fahrenheit bajo cero durante el fin de semana. Las autoridades en el oeste de Washington y el oeste de Oregon abrieron albergues de emergencia en un esfuerzo por proteger a los indigentes de la lluvia y el frío.
Algunas personas podrían pasar el fin de semana sin electricidad en la región de Portland, advirtió Elizabeth Lattanner, portavoz de PGE, una de las principales empresas que suministran electricidad en la zona.
“En tormentas como esta, la restauración de la energía toma tiempo debido a todas las dificultades que enfrentan nuestras cuadrillas para llegar hasta los sitios afectados y reparar las fallas”, señaló Lattanner. “Tenemos más de 600 trabajadores de la PGE y personal contratado para responder a la tormenta —manos a la obra”.
Muchos árboles no soportaron el peso del hielo que tenían encima, cayendo sobre los cables de electricidad y causando que los transformadores estallaran en medio de chispas azules y naranjas. Para el sábado al mediodía, más de 1.200 líneas de electricidad de la PGE estaban caídas, afirmó Lattanner.
Brian Zevenbergen vio el sábado cuando una cuadrilla cortaba dos árboles grandes cubiertos de hielo que durante la noche cayeron sobre el camino hacia su cochera, muy cerca de dos vehículos ahí estacionados. Su casa en Lake Oswego también se quedó sin electricidad durante la noche. Justo a la vuelta de la esquina, otro enorme árbol bloqueaba la calle en ese suburbio al sur de Portland y había derribado un semáforo.
“Anoche, todo estaba bien y esta mañana dos árboles me obstruían el camino de la cochera y bloqueaban al menos la mitad de la calle”, afirmó. “Amigos en la zona más abajo tenían luz y me invitaron a estar con ellos”.
El hielo y la falta de electricidad no impidió que los niños se divirtieran en sus trineos por segundo día en una zona donde rara vez hay nieve constante. Los residentes bloquearon calles con conos y retiraron las máquinas quitanieve para que los niños pudieran deslizarse por colinas cubiertas de hielo.