MANAGUA – El poderoso huracán Iota comenzó a golpear la costa de Nicaragua en el Caribe el lunes por la noche, amenazando con causar daños catastróficos en la misma zona de Centroamérica azotada por el igualmente intenso huracán Eta hace menos de dos semanas.
Horas antes Iota se intensificó hasta convertirse en un extremadamente peligroso huracán categoría 5, pero el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que se debilitó ligeramente a la categoría 4, con vientos máximos sostenidos de 250 kilómetros por hora (155 millas por hora).
Recommended Videos
Se ubicaba a unos 45 kilómetros (30 millas) al sur de la localidad costera nicaragüense de Puerto Cabezas, también conocida como Bilwi, y se movía hacia el oeste a 15 km/h (9 mph). Su extremo oeste ya estaba azotando las costas caribeñas de Nicaragua y Honduras con lluvias torrenciales y fuertes vientos.
Las autoridades advirtieron que Iota probablemente llegaría a las áreas donde las lluvias torrenciales de Eta saturaron el suelo, dejándolo propenso a nuevos deslizamientos de tierra e inundaciones, y que la marejada ciclónica podría alcanzar entre 4,5 y 6 metros (15 a 20 pies) por encima de las mareas normales.
En Bilwi, Adán Artola Schultz, propietario de un negocio, se sostenía de la puerta de su casa mientras un torrente de agua pasaba por la calle. Observó sorprendido cuando el viento arrancó el techo de metal de una casa de dos pisos y se lo llevó como si fuera de papel.
“Es como balas", dijo con respecto al sonido de las estructuras de metal azotándose y doblándose en el viento. “Es doble destrucción", agregó, refiriéndose a los daños causados por Eta apenas 12 días antes.
“Está entrando con furia, grandísimo, presencial de un fenómeno natural que nunca otro huracán me había enseñado esto”, manifestó.
Horas antes, Yasmina Wriedt estaba pensando en la marejada ciclónica en el barrio El Muelle, en Bilwi, a orillas de la playa.
“La situación no se ve nada bien", dijo Wriedt. "Amanecimos sin energía eléctrica, con lluvia y la marea está subiendo altísima”.
La mujer, que trabaja en la organización de pesca artesanal llamada Piquinera, indicó que su vivienda perdió el techo por el impacto de Eta.
“Lo reparamos como pudimos, pero ahora pienso que el viento se lo volverá a llevar, porque dicen que (Iota) es todavía más fuerte”, señaló.
A pocos metros de ahí, algunas personas se apresuraban a colocar tablones de madera sobre las pequeñas ventanas de sus viviendas y reforzaban las láminas de zinc de los techos, para que Iota no se los lleve nuevamente.
Cuando Eta azotó Bilwi, la marea subió hasta detrás de la casa de Wriedt, en la que vive con otros ocho familiares.
Cairo Jarquín, gerente de proyecto de respuestas de emergencia en Nicaragua para la organización de ayuda humanitaria Catholic Relief Services, acababa de visitar Bilwi y otras comunidades costeras más pequeñas el viernes.
En Wawa Bar, Jarquín dijo que halló una destrucción "total" provocada por Eta. La gente había estado trabajando intensamente para volver a colocar los techos de las casas, pero ahora Iota amenaza con devastar lo que queda.
Había otras comunidades tierra adentro a las que ni siquiera pudo llegar debido al estado de los caminos. Dijo que oyó decir que Wawa Bar fue evacuada de nuevo el sábado.
Se efectuaron evacuaciones el fin de semana en áreas bajas en Nicaragua y Honduras cerca de la frontera que comparten.
La vicepresidenta y primera dama nicaragüense Rosario Murillo indicó que el gobierno había hecho todo lo necesario para proteger la vida de los habitantes, incluyendo la evacuación de miles de personas. Dijo también que Taiwán había donado 800 toneladas de arroz para ayudar a los afectados por las tormentas.
Jason Bermúdez, un estudiante universitario de 26 años que sobrevivió al ciclón Eta hace sólo 13 días, se resguardó en su casa en Bilwi junto a sus seis familiares y otras ocho personas a las que dieron refugio desde ayer.
“Yo vi pasar a una señora de edad corriendo y gritando por auxilio; al parecer había perdido su casa. Se abrazó con todas sus fuerzas a un árbol de coco y aguantó ahí, hasta que dos hombres con cuerdas amarradas a la cintura la rescataron”, contó a The Associated Press.
“Ahora apenas son las 8 de la noche y las lluvias son muy fuertes; ya hay bastantes casas sin techo, cercos y árboles frutales caídos. Nunca olvidaremos este año”, señaló con tristeza.
Limborth Bucardo, de la etnia indígena misquito, dijo que muchas personas se habían refugiado en iglesias en Bilwi. Él resistió el paso de Eta en su casa junto con su esposa y dos hijos, pero en esta ocasión decidió guarecerse con parientes en un vecindario más seguro.
“Hay mucha gente rezando en las iglesias donde se han albergado. El pueblo costeño ha sido muy golpeado por estos fenómenos naturales y por eso siempre hay fe y hay mucha oración. La gente ora en las iglesias y también en su casa con sus familias”, señaló.
Iota es la trigésima tormenta con nombre en la extraordinaria temporada de huracanes del Atlántico de este año. También es el noveno meteoro que se intensifica rápidamente esta temporada, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia. Esta actividad ha centrado la atención en el cambio climático, que según los científicos está provocando tormentas más húmedas, fuertes y destructivas.
Iota es más fuerte, con base en su presión central, que el huracán Katrina de 2005, y es la primera tormenta con un nombre del alfabeto griego en alcanzar la categoría 5, dijo el investigador de huracanes Phil Klotzbach de la Universidad del Estado de Colorado. También establece un récord al ser el huracán categoría 5 que aparece más tarde en el año del que se tenga registro, superando el del huracán Cuba del 8 de noviembre de 1932.
Se pronostica que Iota arroje entre 25 y 50 centímetros (de 10 a 20 pulgadas) de lluvia en el norte de Nicaragua, Honduras, Guatemala y el sur de Belice, y hasta 75 centímetros (30 pulgadas) en algunos lugares. Costa Rica y Panamá también podrían experimentar intensas lluvias y posibles inundaciones, señaló el centro de huracanes.
Eta afectó a Nicaragua como un huracán de categoría 4 y provocó la muerte de al menos a 130 personas debido a que las lluvias torrenciales causaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en partes de América Central y México. Luego serpenteó a través de Cuba, los Cayos de Florida y alrededor del Golfo de México antes de llegar a tierra nuevamente cerca de Cedar Key, en Florida, y atravesar Florida y las Carolinas.
Eta fue la tormenta con nombre número 28 de este año, empatando el récord de 2005. Los restos de Theta, la número 29, se disiparon el domingo en el este del Océano Atlántico.
Durante las últimas dos décadas, los meteorólogos han estado preocupados por tormentas como Iota que se fortalecen mucho más rápido de lo normal y crearon un umbral oficial para esta rápida intensificación: una tormenta que gana 56 kph (35 mph) en velocidad del viento en sólo 24 horas. Iota duplicó esa cifra.
En este año Hannah, Laura, Sally, Teddy, Gamma, Delta, Zeta e Iota se intensificaron rápidamente. Laura y Delta empataron o establecieron récords de rápida intensificación.
Los científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica estudiaron el efecto y descubrieron que “mucho de eso tiene que ver con el cambio climático causado por los humanos”.
El final oficial de la temporada de huracanes es el 30 de noviembre.
___
El periodista de The Associated Press Marlon González contribuyó en esta nota desde Tegucigalpa.