Los incendios forestales que despiden grandes cantidades de humo a medida que avanzan por la costa oeste de Estados Unidos han expuesto a millones de personas a niveles de contaminación peligrosos, mandándolas a salas de emergencia de hospitales, y podrían causar miles de muertes de ancianos y personas enfermas, según un análisis que hizo la Associated Press de datos y entrevistas con médicos, autoridades e investigadores.
Fuertes concentraciones de humo superaron los niveles que el gobierno considera peligrosos y duraron por lo menos un día, abarcando condados de cinco estados donde viven más de 8 millones de personas en las últimas semanas, señaló el análisis.
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Ciudades grandes de Oregón, un estado que ha sido particularmente golpeado, sufrieron los niveles más altos de contaminación conocidos hasta ahora cuando intensos vientos avivaron los fuegos, que se acercaron a Portland, una ciudad densamente poblada.
Los trastornos de salud empezaron cuando las comunidades todavía estaban cubiertas por el humo y se registraron cientos de visitas diarias a las salas de emergencia ocasionadas por ese fenómeno, de acuerdo con las autoridades.
“Ha sido algo brutal para mí”, expresó Barb Trout, una jubilada de 64 años que vive en el Willamette Valley, al sur de Portland. Dos veces tuvo que ser llevada al hospital en ambulancia por severas reacciones asmáticas, algo que nunca le había pasado.
Trout se encerró en su casa apenas llegó el humo al valle, pero a los pocos días tuvo un ataque de asma que casi no le permitía respirar y fue a parar a la sala de emergencia. Dos semanas después llegó al valle el humo de los incendios de California y tuvo una reacción más fuerte todavía. Sintió que se moría.
“Me dio fuerte y rápido, peor que la primera. Casi no podía respirar”, relató. Se le recetaron medicinas estabilizadoras y fue dada de alta, pero la aterra la idea de un nuevo ataque. Ella y su marido instalaron un sistema de alarma que le permite apretar un botón de pánico y recibir ayuda.
“Me cambió la vida”, dijo la mujer. “No quiero vivir con miedo, pero tengo que cuidarme mucho”.
En la vecina Salem, el neumólogo de Trout, Martin Johnson, dijo que las personas con problemas respiratorios empezaron a presentarse en su hospital o a llamar a su consultorio apenas llegó el humo. Muchas decían que tenían problemas para respirar.
Johnson indicó que la mayoría de sus pacientes se recuperarán, pero que algunos pueden sufrir lesiones pulmonares permanentes. Agregó que hay víctimas “ocultas” que probablemente fallecieron por paros cardíacos y otros problemas desencadenados por una pobre calidad del aire.
“Mucha gente no va a los hospitales o muere en su casa o va a un hospicio por otras razones, como neumonía y otras complicaciones”, explicó Johnson.
Investigadores de la Universidad de Stanford calcularon que unas 3.000 personas mayores de 65 años pueden haber muerto prematuramente en California tras verse expuestas al humo durante seis semanas, a partir del 1ro de agosto. Cientos más pueden haber fallecido en el estado de Washington, de acuerdo con la investigadores de la Universidad de Washington.
No hay por ahora estimados para Oregón y los cálculos de los otros dos estados no han sido publicados en revistas especializadas.
Los incendios forestales no son nada nuevo en el oeste del país, pero están ganando fuerza y haciéndose más peligrosos a medida que el cambio climático seca los bosques. Lo que los hace más peligrosos son pequeñas partículas difíciles de distinguir que causan trastornos respiratorios.
Los incendios pueden producir diez veces más partículas que las derivadas de otras fuentes de contaminación como las emisiones de los vehículos y las fábricas, según Shawn Urbanski, científica del Servicio Forestal de Estados Unidos.
Una serie de factores meteorológicos hizo que los incendios resultasen particularmente peligrosos este año: Para empezar, fuertes vientos que avivan los fuegos; también una “inversión” climática que atrapó el humo cerca del suelo e hizo que fuese imposible escaparle. Cientos de kilómetros al sur de San Francisco el humo hizo que se oscureciese el cielo y tomase un tono anaranjado.
El análisis de la AP se basó en la información recopilada por cientos de medidores de la calidad del aire de la Agencia de Protección Ambiental. El análisis determinó que al menos 38 millones de personas están expuestas a niveles de contaminación considerados pocos saludables si persisten cinco días.
Los científicos que estudien el impacto a largo plazo dicen que hay una correlación entre la exposición al humo y problemas respiratorios, sistemas inmunológicos débiles y una alta incidencia de gripes.
“Entran partículas a tus pulmones y penetran bien adentro, irrigan las paredes y pueden entrar en la sangre”, explicó el profesor de la Universidad de Montana Erin Landguth. “Estamos viendo los efectos”.
El coronavirus complica más las cosas: Nuevas investigaciones ven una relación entre un aumento en la contaminación del aire, altas tasas de infecciones y la severidad de los síntomas, de acuerdo con Gabriela Goldfarg, de la Autoridad de Salud de Oregón.
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Brown informó desde Billings, Montana.
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